QUÉ VER EN POMPEYA - A LA SOMBRA DEL VESUBIO

Tras flanquear las murallas de la ciudad nos encontramos con el foro romano. Se trata de la plaza que congregaba el centro de la actividad comercial, política y cultural de la ciudad y que en la actualidad, alberga el mayor número de ruinas destacadas que visitar.

Desde aquí, podemos dirigir la mirada hacia el imponente monte Vesubio e imaginar la pavorosa columna eruptiva que oscureció el cielo, así como las escalofriantes escenas de pánico que los pompeyanos vivieron antes de quedar sepultados bajo las piedras y el polvo.

Entre otros muchos yacimientos importantes, en torno al foro encontraremos la basílica, lugar donde se administraba la justicia y despachaban asuntos administrativos. También aquí, bajo la silueta del volcán situaremos el templo de Júpiter, el  más importante de Pompeya.

En el lateral oriental encontraremos el templo de Vespasiano mientras en el lado opuesto, entre otras muchas ruinas se sitúan las del granero y el templo de Apolo.

Ubicado en el lado occidental del foro se encuentra el granero, donde se exponen cientos de ánforas descubiertas durante el proceso de excavación, así como diversos calcos humanos fabricados en yeso.

Mientras los arqueólogos realizaban las excavaciones, encontraron diversas cavidades entre la ceniza solidificada cuyo interior contenía restos de esqueletos, la inmensa mayoría de procedencia humana.

Debido a ello, decidieron verter yeso líquido dentro de las oquedades. Al solidificarse la sorpresa fue mayúscula y como resultado, obtuvieron moldes humanos cuyas posturas resultaron francamente escalofriantes.

La posiciones de estas personas, revelaron grandes vínculos familiares y emocionales lo que sin duda, evidencia que algunos de los pompeyanos decidieron no huir el día de la erupción. Entre los moldes, se encuentra el de una esclava embarazada en cuyo cinturón aparecía el nombre de su amo.

Trece de las oquedades fueron encontradas en lo que algún día supuso un huerto ubicado al este de la ciudad. Hoy, este lugar es conocido como el Jardín de los Fugitivos. Sin embargo, algunos de estos moldes se encuentran expuestos tanto en el granero del foro como en el museo antiquario, situado próximo a Porta Marina.

Ubicada a las afueras de la ciudad, la Villa de los Misterios con sus 90 habitaciones e imponentes frescos es uno de los yacimientos más completos y mejor conservados del recinto, por lo que también se trata de uno de los lugares más interesantes que visitar en Pompeya.

Una de las pinturas mejor conservadas de la antigüedad se sitúa en las paredes del comedor, donde se representa la iniciación de una novia en el culto a Dionisio, dios del vino.

Uno de los lugares más curiosos que visitar en Pompeya es el lupanare, único prostíbulo descubierto en la ciudad. Se encuentra ubicado muy próximo a la plaza del foro, y consta de dos plantas con cinco habitaciones en cada una de ellas.

En su interior pueden verse las camas de piedra que eran utilizadas por los clientes, así como algunos frescos con representaciones de carácter erótico e inscripciones realizadas por clientes, empleados del prostíbulo y prostitutas.

Otros dos importantes yacimientos que ver en Pompeya son los dos teatros de la ciudad, ambos ubicado al este del foro. Uno de ellos, concretamente el de menor envergadura conocido como teatro pícocolo, fue destinado a las audiciones musicales y a espectáculos mímicos. 

El otro teatro, con capacidad para 5.000 espectadores fue excavado en roca volcánica y carecía de techumbre. Sin embargo, para determinadas representaciones se cubría con un velatorio.

En el extremo este de la ciudad se encuentra la entrada al recinto de la Piazza Anfiteatro. Aquí nos encontramos con la palestra, lugar donde los pompeyanos acudían para practicar deporte. Actualmente, hay una exposición con utensilios domésticos y fragmentos de diferentes frescos decorativos. Aquí, incluso podemos encontrar restos de alimentos carbonizados que fueron descubiertos durante las excavaciones.

Frente a la palestra está situado el anfiteatro más antiguo conocido de la era romana, erigido allá en los años 80-70 a.C, cuya cávea podía albergar alrededor de 20.000 espectadores. Aquí, tenían lugar los espectáculos de luchas a vida o muerte bien entre gladiadores o bien entre fieras y gladiadores.

Además de pasear por sus empedradas calles, donde nuestra imaginación viajará en el tiempo hasta la época donde comerciantes y ciudadanos caminaban con sus vestimentas tradicionales, también podremos acceder y explorar el interior de algunas de las viviendas.

Como resultaría imposible conocerlas todas en un solo día, antes de entrar al recinto aconsejamos seleccionar algunas de las más importantes y planificar previamente nuestra visita.

Una de las más conocidas es la casa del Poeta Trágico. Lo es no solamente por el hecho de pertenecer a un rico comerciante tal y como evidencian las dos tiendas situadas a ambos lados del vestíbulo. Sino también, por el mosaico pavimental descubierto en el acceso a la casa, donde aparece un perro rechinando los dientes acompañado de por la inscripción Cave Canem «cuidado con el perro».

Otras de las más espectaculares y mejor conservadas es la de la familia de los Vetti, unos ricos mercaderes cuya mansión, refleja muy bien el tenor de vida de las castas más acaudaladas en la Pompeya del siglo I d.C.

Además de dos cajas de caudales, en su interior se descubrieron importantes frescos con temas mitológicos y un suntuoso jardín, el cual ha sido reconstruido con sus juegos de agua y estatuas talladas en bronce.

Otra de las viviendas más opulentas e imprescindibles que visitar en Pompeya es la famosa casa de Fauno. Toma su nombre por la estatuilla del Fauno que adornaba el impluvium, una especie de estanque rectangular que los romanos situaban en la zona central del patio para recoger el agua de lluvia.

La casa de Fauno es un ejemplo claro de formas arquitectónicas nobles y armoniosas. Durante los procesos de exploración se descubrieron importantes mosaicos entre los que destaca el que representa una batalla entre Alejandro Magno y el rey de los Persas.

Otras importantes viviendas que podrían visitar quienes dispongan del tiempo suficiente son las siguientes:

• Casa de los Amorcillos Dorados: perteneciente a un rico pompeyano, es una de las casas más interesantes que ver en Pompeya por la arquitectura y elegancia de sus decoraciones.
• Casa de Lucrecio Frontone: se trata de otra vivienda de personas pudientes tal y como demuestran sus decoraciones pictóricas, las cuales muestran un excepcional estado de conservación.
• Casa del Menandro: es una de las moradas pompeyanas más bellas y mejor conservadas, entre cuyas obras pictóricas se encontró un retrato del poeta Menandro.
• Casa de la  Fuente Grande: aquí nos encontraremos con un taller con casa contigua, donde primero se lavaban y después teñían las telas de lana. Al lado de la tintorería surge la residencia señorial bautizada como la casa de la Fuente Grande, en cuyo interior se encontró una espléndida fuente de mosaicos con una estatuilla de bronce. Se trata de uno de los ejemplos más valiosos del arte mosaico pompeyano.
• Casa della Fontana Piccola: se trata de una amplia casa con varios patios donde resalta una fuente, en la que situaron una pequeña estatua de bronce que representa un hombre transportando un pez de grandes dimensiones.  

Las tiendas y los talleres de Pompeya son clara testificación de la vida cotidiana, social y económica en épocas lejanas. El fantástico estado de conservación en que se encuentran las excavaciones, hace que nos podamos recrear en sus hosterías y tabernas, lugares donde la gente se detenía a beber y a conversar.

Algunos de los hallazgos evidencian el prestigio y la popularidad de los vinos procedentes de Pompeya, pues se descubrieron vasijas con las inscripciones vinum Vesuvio «vino del Vesubio»

Podremos explorar lavanderías donde perfectamente se pueden distinguir las pilas de lavado y zonas de secado, panaderías y otros muchos comercios. Las excavaciones han traído a la luz numerosos panes carbonizados y un grafiti que menciona la óptima calidad del pan pompeyano. También queríamos destacar la panadería de Vícolo Storto, donde podemos ver las muelas de piedra donde se hacía la harina.

En Pompeya había carpinteros, herreros, vendedores de verduras, grano y especias. Podremos ver los mostradores de mármol en cuya superficie, se encuentran los huecos circulares donde introducían las vasijas para mostrar el género a la venta.

Las calles de Pompeya eran rectas y formaban una cuadrícula siguiendo el estilo del urbanismo romano. La ciudad contaba con un cardo (calle con orientación norte-sur) y dos decumanos (calle con orientación este-oeste). Como en toda ciudad romana éstas eran sus principales calles.

Se encontraban pavimentadas con cierta pendiente para que el agua de las lluvias no formase charcos. Podemos reparar en las marcas de rodadura hendidas sobre los adoquines, algunos carteles publicitarios y los pilones de piedra utilizadas para limpiar las calles principales de la ciudad.

El modo más cómodo y sencillo para llegar a Pompeya es el avión, puesto que el aeropuerto internacional de Capodichino en Nápoles se encuentra ubicado a tan solo 28 kilómetros del parque arqueológico.

Una vez en Nápoles es posible llegar fácilmente hasta Pompeya en coche, alquilando uno en la misma terminal del aeropuerto. Quienes se decidan por esta opción, pueden estacionarlo en los aparcamientos próximos al parque arqueológico. El precio por aparcar es de 5 euros la hora. Hay quienes ofrecen aparcamiento en recintos privados a precios más bajos.

La alternativa más cómoda y rápida para llegar a Pompeya desde el aeropuerto, es el servicio de traslados un chófer te estará esperando en la terminal con un cartel a tu nombre y te llevará al hotel en el menor tiempo posible, evitando posibles timos y sobreprecios. Aquí puedes reservar tu transfer privado desde el aeropuerto de Nápoles hasta Pompeya.

Si deseas consultar los precios y horarios o reservar los trayectos de avión hasta el aeropuerto de Nápoles, puedes hacerlo usando el buscador de Skyscanner a través de nuestros enlaces.

• CÓMO LLEGAR EN TREN A POMPEYA

Para llegar en tren hasta Pompeya hay tomar la línea Circumvesuviana que se coge en Piazza Garibaldi de Nápoles. La duración del viaje es de entre 30 y 40 minutos y el precio es de 3 euros (puede variar en función del tren). Hay que bajarse en la parada de Pompei Scavi – Villa del Misteri ubicada junto al acceso de Porta Marina.

Para quienes prefieran visitar Pompeya desde Roma, hay trenes de alta velocidad que salen frecuentemente desde la Estación de Termini de Roma hasta la estación Nápoles. La duración del trayecto es aproximadamente de una hora. Aquí puedes consultar los precios y reservar los trayectos.

A pesar de tratarse de una ciudad bastante pequeña, debido al magnífico estado de conservación que presentan las ruinas también es uno de los lugares que más turistas recibe en todo el país.

Por ello, en Pompeya encontraremos una gran variedad en alojamientos desde los hoteles más clásicos, hasta apartamentos, B&B y albergues ideales para presupuestos más ajustados. Como decía la ciudad es bastante pequeña, desde cualquier hotel que reservamos dentro del casco urbano podremos ir a pie hasta el parque arqueológico.

Nosotros nos hospedamos en Hostel Ágora, situado muy próximo a la plaza donde se encuentra la catedral de la actual ciudad de Pompeya. Es posible llegar caminado hasta las excavaciones desde el hotel.

El alojamiento es regentado por Vicenzo y Lorena, quienes se mostraron siempre muy amables y dispuesto a ayudarnos ofreciendo información turística a cerca de los lugares que visitar.