QUÉ VER EN LA RUTA DE LA CAUSEWAY COAST – LOS ORÍGENES DE LA ISLA ESMERALDA
Pasaporte Nómada
Tras nuestro primer día en Belfast, el propósito era viajar hasta el norte del país para vernos de cara con la Causeway Coast, y como no, con uno de loa lugares más visitados en toda la isla, la famosa Calzada del Gigante (Giant,s Causeway).
La Causeway Coast, es el tramo de litoral más septentrional de Irlanda del Norte, que ocupa parte de los condados de Antrim y Londonderry. En este lugar, la costa es ultrajada por enormes acantilados, extrañas formaciones rocosas y playas cubiertas por marañas de algas, arrastradas por los fuertes oleajes del Atlántico Norte. Su clima hostil, también ha servido para que el paso del tiempo, profane las viejas fortalezas medievales cuyos esqueletos de piedra, aún languidecen aupados sobre los promontorios que vigían el horizonte.
Además, con sus más de 40.000 columnas de basalto mermadas por la erosión, la Causeway evidencia el origen volcánico de la isla esmeralda, que germinó 60 millones de años atrás, y que es puesto en duda por las antiguas leyendas de gigantes que vagan sobre sus acantilados. De manera cierta, la Causeway Coast es uno de los paisajes más exquisitos de Irlanda, un lugar de indudable visita para cualquier amante de la naturaleza.
1. Dark Helles y Ballycastle
El viento arrecia de manera persistente al amanecer, lo que pone en duda si podremos visitar todos los lugares programados para hoy. Decidimos pasar la noche en Ballycastle, una pequeña aldea de 5.000 habitantes, que se halla ubicada en el extremo este de la Causeway Coast, lugar desde donde la comenzaremos a recorrer.
La aldea portuaria, más allá de ser el lugar desde donde zarpan los ferris a la isla de Tahlin, tiene poco más que visitar. Aún así, nos acercamos al muelle para tomar un café y fotografiar el puerto desde un mirador.
A 14 kilómetros de Ballyscastle se encuentra Dark Hedges, un lugar fotogénico donde los haya. Nada más a parte de un par de hileras de hayas entrelazadas, que fueron plantadas por los Stuart, una aristocrática familia en el siglo XVIII, con el propósito de impresionar a los visitantes que se dirigían a su mansión. El efecto túnel cuando se fija la mirada hacia el final de la carretera es espectacular, sobre todo en primavera, cuando el camino es mucho más frondoso.
No es de extrañar que 200 años después, este sombrío lugar sea uno de los más fotografiados en toda la isla, y que además, haya servido como telón de fondo para algunas de las escenas de la conocida serie Juego de Tronos. Para los apasionados de tan exitosa novela, hay disponible un tour guiado de dos días por Irlanda del Norte, donde se visitan algunos de los más populares lugares de la conocidísima serie televisiva.
Dónde dormir en la Causeway Coast
Nosotros nos alojamos en J and J Guest House y si algún día regresásemos a Ballycastle nos alojaríamos en este lugar. Se encuentra ubicado a las afueras de la ciudad, dispone de aparcamiento privado y se trata de un impresionante chalé residencial regentado por una simpática familia de ancianos.
Disponen de habitaciones amplias para dos o tres personas y baño privado. En la planta baja, hay un salón donde poder compartir experiencias con otros viajeros, zona wifi y sirven menús dietéticos y desayunos bajo petición.
Los precios son razonablemente baratos, nuestra habitación triple en el mes de abril rondó aproximadamente los 75 euros. En apenas 5 minutos en coche llegamos al puerto de Ballycastle y en 15 minutos a la Kingsroad, donde se encuentra Dark Hedges.
2. Castillo de Kinbane
A 5 kilómetros de Ballycastle, se encuentra el desdibujado castillo de Kinbane. No por la ruinosa edificación en sí, sino por el bello paraje azotado por el fuerte oleaje donde se halla, de todos los castillos que conocimos fue posiblemente el que más nos impresionó.
El acceso es gratuito, y se halla precedido por un aparcamiento de grava, desde donde hay que bajar 140 escalones para aproximarse al promontorio calizo, sobre el cual se alza la fortificación. Desde el resbaladizo sendero, las vistas también alcanzan a los acantilados próximos, la isla de Tahlin, incluso hasta la costa oeste de Escocia.
El castillo, o para ser más correcto las ruinas de este castillo, se hallan en un lugar intensamente castigado por el viento y la fuerza del mar. Su espectacular y agreste alrededor, es un compendio de acantilados basálticos, abismos escarpados, cuevas marinas y prominentes e insólitas formaciones calizas, producto de la fuerte erosión.
Kinbane, fue construido en 1547 por Colla MacDonell, quien 11 años después fallecería entre sus muros. El castillo estuvo habitado hasta el siglo XVII, y en 1555, tras el asedio de los ingleses, se vio sometido a un severo proceso de reconstrucción. Hoy, además del maravilloso paisaje que lo rodea, solamente podemos disfrutar de la lúgubre silueta que describe su esqueleto, único vestigio de lo que en su día, supuso una estratégica fortaleza medieval.
3. Carrick – a – Rede Rope
La carretera que recorre la Causeway Coast, se encuentra perfectamente señalizada, por lo que es muy sencillo continuar por ella y nos desviarse de manera equivocada. En una curva cerrada con forma de herradura, tomamos el desvío que reza Carrick-a-Rede Rope, para estacionar en un aparcamiento y tomar el sendero pedestre de un kilómetro, que conduce hasta uno de los puentes colgantes más conocidos de Europa.
El fortísimo viento, arrastra con energía las finas gotas de lluvia que como alfileres, se incrustan en nuestro semblante. A su vez, el zumbido del vendaval enmascara el crujir de los listones de madera de la pasarela colgante, que por desgracia, solamente podremos ver desde la distancia.
A día de hoy, cruzar el puente es una práctica más que segura, habiéndose convertido en una de las experiencias más reclamadas para quienes viajan por el norte de Irlanda. Pero desafortunadamente, y como era de suponer, el temporal ha obligado a cerrar el puente colgante de 20 metros de longitud, que salva el abismo entre los acantilados y el islote de Carrick-a-Rede.
Años atrás, el puente constituyó un medio de subsistencia para poder cruzar hasta el islote, por ser el mejor lugar para la pesca del salmón. Posteriormente en los años 70, la pasarela fue reconstruida ya que solamente disponía de un pasamanos y faltaban varios tablones, lo que entrañaba un riesgo considerable. Hoy, atravesarlo solamente supone una descarga de adrenalina, suscitada por el balanceo en un precipicio de 30 metros de altura sobre la turbulenta espuma del mar.
Para poder cruzar la pasarela, es necesario pagar una entrada de 7£ , 3,50£ para los menores (precios de 2019). Estamos completamente seguros de que hubiese merecido la pena.
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4. Puerto de Ballintoy
Otro imperdible desvío en la Causeway Coast, es que tomamos en dirección a la pequeña aldea de Ballintoy, donde se halla otro espectacular escenario de la serie Juego de Tronos. Este lugar, es conocido entre los seguidores de la serie como el Puerto Noble de las Islas de Hierro.
Una vez en la iglesia del pueblo, el camino obliga a girar a la derecha para descender de manera sinuosa por una estrecha carretera, la cual parece no conducir a ningún lugar. Nada más lejos de la realidad, se llega hasta el puerto de Ballintoy, donde en el aparcamiento, unos paneles informativos recrean las diferentes escenas de Juego de Tronos que se rodaron en este lugar.
No es de extrañar que este antiguo puerto pesquero, haya servido como decorado para su rodaje. Ballintoy es un lugar espectacular, sobre todo si tienes la fortuna de caminar bajo una fuerte tempestad, mientras el zumbido del viento se confunde con el estruendo del mar al impactar con el basalto renegrido. Junto al aparcamiento, también se halla un restaurado caserón de piedra, que en sus tiempos sirvió como horno de cal.
Pero una parada en el puerto de Ballintoy, no solamente debe suponer echar un vistazo a los alrededores de este antiguo muelle y el horno de cal. En las inmediaciones de este impactante lugar, hay otros bellos rincones que podemos encontrar. Por ejemplo junto al muelle, si nos orientamos en dirección al mar, a mano izquierda hay unos túneles de lava encharcados, que han sido tallados de forma natural.
Más allá de las cuevas, junto a un albergue que se encuentra en el extremo oeste del puerto, se puede tomar un empantanado sendero que, de forma paralela a la orilla, discurre muy próximo a extrañas formaciones de basalto.
El camino, no es sino la prolongación de un sendero señalizado de 16,5 kilómetros, que comienza en el aparcamiento del puente colgante Carrick-a.Rede Rope y finaliza en la Calzada del Gigante. Se trata de una excelente alternativa si se dipone del tiempo suficiente, aunque hay que tener en cuenta que en ciertos tramos, el camino puede encontrarse cortado por las mareas.
Aquí, puedes encontrar información completa del itinerario y descargar el mapa de la ruta de senderismo.
Pero tampoco hay que conformarse con las primeras vistas hacia el embravecido paisaje, esta parada, aún puede dar muchísimo más de sí. Más allá, el camino continúa en dirección bahía de White Park, hasta llegar a una intrincada franja de esculturas rocosas, donde se halla una curiosa formación asemejada a la silueta de un elefante. Por ello, la llamativa montaña de piedra es conocida como La Roca del Elefante.
5. Dunseverik
La ruta continúa en sentido oeste hasta la pequeña aldea de Dunseverik. A lo largo del trayecto, hay diferentes lugares para asomarse desde el acantilado, y poder echar la vista atrás hacia la lengua arenosa de White Park, en cuyo extremo occidental, se halla encajonado el diminuto puerto de Portbradden. La Causeway, Coast, no deja sorprender con paisajes en todas sus formas y de todo los colores posibles.
En Dunseverik, a lomos de un desolado promontorio, aún se alza el esqueleto de la torre del castillo de Dunseverik, últimos vestigios palpables después de su destrucción por el ejército escocés en 1642.
Existe un pozo en el promontorio, que recibe el nombre de San Patricio. Y es que el actual patrón de la República de Irlanda, visitó en diferentes ocasiones la localidad de Dunseverik para bautizar entre muchos otros, a quien posteriormente se convirtió en Obspo de Irlanda. Según mencionan, la piedra bautismal y el asiento que utilizó, fueron arrojados al fondo del mar.
Unos metro antes de alcanzar el promontorio desde donde se elevan las ruinas del castillo, un desvío a mano derecha, conduce hasta la bonita cascada de Dunseverik, la cual se precipita directamente en el mar. Nosotros no la pudimos visitar, pero solamente hay que ver la fotografía que un amigo pudo tomar unos días después.
6. La Calzada del Gigante
Y por fin llegamos a la famosa y prestigiosa Calzada del Gigante. Las más de 40.000 columnas de basalto que la forman, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1986 y a día de hoy, son el lugar más visitado en Irlanda del Norte.
Sus orígenes se remontan a diferentes erupciones que tuvieron lugar en un cráter cercano hace aproximadamente 60 millones de años, coincidiendo con los años posteriores a la formación de la Isla de Irlanda.
Entonces, el lugar por donde hoy podemos caminar a ras de la orilla, se elevaba cientos de metros en posición vertical. Los fuertes vientos del norte y el intenso oleaje del mar, hizo que los acantilados se resquebrajasen, deprendiéndose con el paso del tiempo y dando origen a este fascinante paisaje del que en el día de hoy podemos disfrutar.
Sin embargo, a diferencia de lo que te puedan decir la visita a la Calzada del Gigante puede dar muchísimo más de sí.
La red de senderos al rededor de la bahía de Port Noffer y el mirador de Anphitheatre prolongaron nuestra visita durante varias horas. Te lo explicamos absolutamente todo en el siguiente artículo relacionado Guía para visitar la Calzada del Gigante.
7. Castillo de Dunluce
La siguiente y última parada que hicimos en la Causeway Coast, fue junto a una de las ruinas del castillo mejor conservado que encontramos en el recorrido, los restos del castillo de Dunluce.
De camino, se atraviesa la pequeña localidad de Bushmills, la más cercana a la Calzada del Gigante. Para los amantes del whisky, de parada obligada es la Old Bushmills Distillery. Además de para la cata y observación de envejecimiento de uno de los mejores whiskys del país, aquí es posible conocer la destilería más antigua del mundo, tras ser concedida la licencia en el año 1608 por el rey Jacobo I.
Desafotunadamente, el fuerte temporal también hizo que nos encontrásemos cerrado el acceso a las ruinas de Dunluce, por lo que nos tuvimos que conformar con observarlo desde al zona del aparcamiento.
El castillo, fue considerado uno de los más impresionantes mientras éste se mantuvo en pie. Fue construido justo en el borde de un despeñadero de basalto, y como no podría ser de otra manera, también ha servido como decorado para algunas de las escenas de la serie Juego de Tronos. Concretamente, en él reconocerán los seguidores de la serie el castillo de los Greyjoy en Pyke en las Islas del Hierro.
Dunluce fue construido en el siglo XII por Richard de Burgh, segundo conde de Ulster, y durante los siglos XVI y XVII, en él se alojaron la familia MacDonell. Como curiosidad, en 1639 un barco de la armada española se hundió en las rocas de sus alrededores durante una tormenta, lo que hizo que se dañaran los cimientos del edificio, y parte del castillo incluida la cocina, se precipitó al mar junto a los sirviente de esa noche.
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