La ciudad de Agra, junto con sus 1,7 millones de habitantes, fue nuestra primera toma de contacto con el país y su población.

Fundada a primeros del sigo XVI por Sikandar Lodi, sultán de Delhi, la ciudad de Agra se convirtió en capital del imperio Mogol entre mediados del mismo siglo y del posterior.

Ésta época, significó la era de mayor esplendor en su arraigada historia, momento donde fueron erigidos sus más grandiosas y faraónicas edificaciones. Opulentos palacios, fortalezas y mausoleos, construcciones algunas de ellas, que han sido reconocidas como Patrimonio Mundial por la Unesco.

Actualmente, Agra se encuentra sumida bajo muy elevados índices de polución ambiental. Ello, ha puesto en jaque la plena integridad de algunas de sus construcciones más valiosas, importantes y reconocidas, como por ejemplo, el famoso Taj Mahal.

Considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, su construcción fue finalizada allá por el año 1653. En la actualidad, este armonioso sueño arquitectónico, se ha convertido en el reclamo por el que Agra, cada año recibe cientos de miles de turistas procedentes de cualquier parte del mundo, motivo también, por el que nosotros hemos decidido venir hasta aquí.

Por todo ello, hoy te vamos a convencer de que merecerá la pena viajar hasta esta legendaria ciudad para visitar el Taj Mahal. A continuación, resumiremos nuestra visita de dos días y te diremos cuales son los lugares imprescindibles que debes ver en la ciudad de Agra. ¿Estas preaprad@? ¡Comenzamos!

 

Fueron aproximadamente 4 horas y media de trayecto desde la capital Delhi, a través de las bastas y compactas extensiones de Uttar Pradesh.

No tardamos en comprender el sino de la ciudad. Vendedores ambulantes por centenares, las escuálidas terneras rebuscando alimento entre la basura, el traqueteo continuo de los destartalados rickshaw, la característica fragancia asiática a comida callejera y por supuesto, el incesante carácter mercader por todas y cada una de sus ajetreadas callejuelas.

No solamente eso, el continuo sonar de los claxon, insiste de manera incesante como un martillo pilón. ¿How are you? ¿Where are you from?, todo el mundo se nos aproxima, mientras tratamos de esquivar los excrementos sobre las aceras y evitamos ser atropellados por las motocicletas. De forma continua, los cinco sentidos permanecen activos cada minuto, cada segundo que permanecemos en la ciudad.

 

 

 

Nuestra primera parada en Agra, aunque de forma breve, es para conocer el Itimad ud-Daulah, también conocido como «el pequeño Taj». El monumento, se halla ubicado a unos dos kilómetros al norte del Taj Mahal.

La tumba del persa Mizra Ghiyas, aunque sin llegar al equilibrio, la belleza y majestuosidad del Taj Mahal, es también una construcción de muy exquisita factura, constituyendo la primera de todas las obras mogoles erigidas plenamente en mármol.

Una buena opción para llegar hasta aquí, si no se dispone de conductor, es contratar un autorickshow, ya que las distancias suelen resultar demasiado largas en la ciudad. El importe de este trayecto, si se inicia desde el centro de la ciudad, no debería superar las 100 rupias, aunque será necesario regatear. Es posible acordar un precio reducido con el conductor, para además combinar su visita con la puesta de sol desde Mehtab Bagh, el más hermoso de los atardeceres junto al Taj Mahal.

 

 

En la orilla del lado norte del río Yamuna, se encuentra ubicado el parque de Mehtab Bagh, el último de los once jardines construidos a orillas del río, uno de los proyectos entonces más ambiciosos del emperador Babur.

La leyenda, menciona que fue el lugar escogido como deseo de Shah Jahan, para erigir un Taj Mahal en color negro. Su idea, era la de construir un hermano gemelo del actual. Sin embargo, esto no se pudo lograr, ya que el emperador resultó encarcelado y confinado en el fuerte de la ciudad por su propio hijo, el traidor Aurangzeb quien le desposeyó el trono.

En la actualidad, se trata de un atendido recinto ajardinado, protegido de las crecidas del río Yamuna en la época del monzón. El lugar, se encuentra abierto desde el amanecer hasta minutos después en que el sol desaparece tras el horizonte, y es custodiado por los guardas que impiden que nadie pueda acceder tras los restos del muro hasta los márgenes del río.

Desde este lugar, las vistas hacia la cara posterior del Taj Mahal en colores violetas durante la puesta de sol, son una de las mejores imágenes posibles que ver hacia el mausoleo.

 

 

 

Entre otros muchos históricos calificativos, así es como fue descrito por el poeta Rabindranath Tagore, «una lágrima en la mejilla de la eternidad». Sin duda, el Taj Mahal es el lugar más esperado que ver Agra, un imperdible en cualquier ruta por Uttar Pradesh o el Rajasthan.

Finalizado en el año 1653, debido a las maravillosas cualidades arquitectónicas que posee, es considerada una de las construcciones humanas más bellas en todo el Planeta. Fue reconocido como Patrimonio Mundial por la Unesco en el 1983, e incluida posteriormente entre las siete maravillas del mundo moderno.

Todo comenzó en el año 1631, cuando la tercera esposa de Shah Jahan, emperador musulmán de la dinastía Mogol, falleció a causa de del parto de su décimo cuarto hijo. Mumtaz Mahal, nombre de la difunta, era la preferida de cuantas esposas el señor consideró, por lo que afligido por su fallecimiento y como muestra de veneración, decidió erigir un modesto lugar donde poderla enterrar.

 

 

La faraónica obra de arte, para cuya construcción mencionan que necesitaron la ayuda 20.000 personas venidas incluso desde occidente, fue finalizada en 1654. Un año después, el destino del emperador quedó marcado por la crueldad de su propio hijo, quien le traicionó desposeyéndole del trono, y quien le confinó para siempre tras las murallas del fuerte de la ciudad.

Pero todo no quedó ahí, como el jovencito heredero no pareció tener suficiente con ello, también decidió encarcelar a su propia hermana, Jahanara Begum, la hija favorita del sultán. «Cría cuervos y te sacarán los ojos».

A través de los ventanales en el interior de la fortificación donde lo encerró, el hijo traidor del sultán, le permitió contemplar la obra maestra de la que había sido artífice. Tras el fallecimiento de Shah Jahanen el año 1666 a sus 74 años de edad, su hijo, tuvo la pureza de enterrarle en el interior del mausoleo, junto a su querida esposas.

Por tanto y en realidad, a diferencia de lo que erróneamente en ocasiones es posible imaginar, el Taj Mahal no es un templo concebido para el culto a una deidad, sino un monumento fielmente consagrado en pos del amor eterno. Un bonito detalle por parte del emperador hacia su amada esposa.

 

 

Tras acceder al recinto fortificado, se encuentra la puerta monumental en arenisca roja conocida como Darwaza, que es ornamentado con motivos florales en bajorrelieves e incrustaciones.

Los abovedados de este impresionante pórtico decorado, recuerdan a los del propios del Taj Mahal y en su forma original, la entrada se cerraba con dos grandes puertas de plata, las cuales fueron desmontadas y fundidas en 1764. El gigantesco acceso, no es sino el preludio de lo que se encontraremos a continuación.

 

 

Una vez rebasada y si la calima lo permite, una de las más esperadas imágenes en nuestro viaje por el norte de la india se encontrará frente a nuestros ojos. No solamente una de las más deseadas, sino también una de las estampas más fotografiadas en la historia de la humanidad.

El complejo en si, se encuentra formado por un ajardinado recinto de unas 17 hectáreas, provisto de caminos y canalizaciones perpendiculares que confluyen bajo la entrada del edificio principal, lugar donde se encuentran las tumbas del sultán y su esposa.

El conjunto completo, se halla centrado sobre una enorme plataforma cuadrangular, lo que permite elevar su cúpula principal con arrogancia sobre los cielos y la inmunda miseria que yace en la ciudad.

 

 

En función la posición en que inciden los rayos del Sol, debido a su minuciosa cimentación en mármol de color blando, el Taj Mahal posee una cualidad muy particular. Su tono blanco inmaculado, varía de color en diferentes tonalidades desde el amanecer hasta el atardecer.

Motivado por la densa capa de contaminación que cubre toda la ciudad, y debido a las partículas que han erosionado las planchas de mármol del Taj Mahal, algunos expertos afirman que en gran medida, el monumento ha ido perdiendo esta característica tan peculiar.

Además de algunos procesos restauración a los que ha sido sometido, a fin de ayudar a preservar las cualidades y propiedades del mármol, las autoridades han decidido restringir el tráfico en las calles cercanas. En nuestro viaje, pudimos observar como la gruesa capa de contaminación se extendía desde la capital Nueva Delhi, hasta la ciudad de Agra incluso más allá. Por ello, resulta comprensible dudar sobre la inefectividad de esta medida para preservar la edificación.

 

 

Según nos aproximamos al edificio principal, es posible apreciar los relieves decorativos, sus motivos florales de piedras preciosas, los arcos y nichos abovedados, sus celosías, la caligrafía con versículos del corán incrustados, así como otros bonitos detalles donde reparar.

Desde tan próximos a él, resulta imposible no preguntarse si su belleza, es tal como para suscitar la carga emocional que durante siglos ha provocado el Taj Mahal. Se trata sin duda, de un momento donde reflexionar.

 

 

Lo que sin duda si me supuso una profunda decepción, fue el interior de la cámara principal. Entre manoseos, sobeteos y con armada paciencia, logramos acceder al interior del edificio donde se hallan las tumbas, el que se ubicado bajo la cúpula central.

Dentro de él, se encuentra la cámara funeraria, motivo por el que fue erigida tan majestuosa edificación. Descalzos, pudimos circundar la celosía de mármol que protege las dos falsas tumbas alojadas en el centro de la habitación, ya que las auténticas fueron ubicadas en una cámara inferior, la cual no es posible visitar.

La visitar al interior del mausoleo es muy breve, entre codazos y empujones porque los indios arremeten. ¡Vaya que si arremeten!.

 

 

A ambos lados del mausoleo, se encuentran dos bonitos edificios en arenisca roja simétricamente colocado. El del lado occidental, supone la mezquita más importante para la comunidad musulmana en la ciudad, cual recibe el nombre de Kau Ban. Mientras, el del lado oriental, simplemente se construyó con el único fin que salvaguardar la debida proporción en el conjunto de la construcción.

Además, en el interior del amurallado reciento, es posible visitar un pequeño museo que alberga una colección de pinturas, monedas de oro y plata, y algunos antiguos bocetos del Taj Mahal.

 

 

 

 

 

Otro de los instantes más esperados para visitar el Taj Mahal es durante el amanecer, momento en que las colas de acceso se multiplican para poder acceder a él.

Una interesante alternativa, es la de contemplar el mausoleo desde alguna de las azoteas de los restaurantes ubicados en Taj Ganj.

De este modo, es posible disfrutar en la lejanía y sin atropello alguno, de las vistas hacia sus acebolladas cúpulas mientras subyacen bajo la bruma, o cuando son iluminadas por los primeros rayos de sol durante el amanecer.

 

 

 

Para ser del todo sincero, el fuerte de la ciudad, considerado y recomendado como uno de los mejores lugares que ver en Agra, se convirtió en la primera de nuestras decepciones en el país. Y con mucha mayor firmeza lo supuso, tras visitar otros fuertes no tan célebres ni tan afamados, pero si de mayor encanto que pudimos conocer en nuestra ruta por el Rajasthan. Pero como todo en esta vida, es solamente cuestión de parecer.

Aún a pesar de ello, la fortaleza fue incluida como Patrimonio Mundial por la Unesco y es de obligada visita en la ciudad, debido a que éste además, es el lugar donde el emperador Shah Jahah, fue confinado por el traidor de su hijo durante sus últimos ocho años de vida.

Las colosales murallas de ladrillo en arenisca rojiza que forman el fuerte, fueron concebidas como no podía ser de otro modo, con fines estrictamente militares. Sus inicios, se remontan al año 1565 obra del emperador mogol Akbar.

Desde el momento en que su construcción fue finalizada y a partir de ese momento, dentro del fuerte, proliferó la construcción de jardines, templos y palacetes que hoy, otorgan la belleza que en mayor o menor medida pueda atesorar el lugar.

Esta serie de palacios acogidos en el interior de sus murallas, se convirtieron en vivienda y como no, en lugar desde donde gobernaron los diferentes sultanes a lo largo de la historia en la ciudad. Debido a ello, la totalidad del conjunto constituye la fortaleza más importante en toda la India.

El único acceso al recinto fortificado, tiene lugar por la puerta de Amar Singh. Ésta, fue diseñada en curvatura para confundir a los atacantes enemigos, quienes hubiesen logrado sobrepasar la primera línea de defensa constituida por un foso invadido por cocodrilos. El foso, recibía las aguas directamente desde el río Yamuna, que se encuentra ubicado junto a la muralla este de la fortificación.

Aquí, además de encontrar las taquillas del recinto y pelotones de indios para acceder al fuerte entre empujones, es donde tropezamos con los primeros estafadores que, de forma descarada, nos tratan de «ratonear» un puñado de rupias.

En realidad para cualquier occidental, aún a pesar de estar pagando cantidades que multiplican incluso por diez los precios habituales, éstos pueden resultar demasiados bajos. Pero no siempre es así. Además, a casi nadie nos agrada sentirnos robados ni estafados. Por ello, y ante la abundancia de estafadores que hormiguean con el pretexto de la pobreza que les rodea, sobre todo en lugares turísticos, hay que fijarse muy bien en la devolución del cambio y los precios que nos exigen en puestos ambulantes y comercios.

 

 

 

Tras el acceso al fuerte, a mano derecha y precedido por una explanada ajardinada, se encuentra el palacio de Jehangir. Construido en arenisca rojiza, fue erigido por el emperador Akbar para su hijo Jehangir, motivo éste, por el que el palacete tomó su actual denominación.

Frente a la puerta de acceso, que es flanqueada por dos minaretes ubicados a ambos lados de ésta, se encuentra un enorme bloque de piedra que fue construido en una sola pieza y que era usado como bañera.

 

 

A continuación del palacio de Jehangir, también en el flanco este de la fortaleza, se encuentra el Kash Mahal. Ambos se encuentran construidos de forma contigua, pero a diferencia del anterior, este último fue rematado con piezas en mármol blanco como el del Taj Mahal, material favorito y que fue introducido en el interior del fuerte por el emperador Shah Jahan. 

 

 

Este palacio, urdido a orillas del río Yamuna y con vistas al Taj Mahal, fue el lugar donde el emperador fue confinado por su hijo Aurangzeb al conseguir el trono como sucesor de su padre. Todo ello, a consecuencia de la guerra de sucesiones que tuvo lugar entre éste y sus tres hermanos.

Shah Jahan, terminó su vida preso en el interior del palacio junto a su hija favorita Jahanara Begum. Al menos, el traidor de su hijo, permitió que desde los ornamentados balcones de palacio, el emperador pudiera observar su obra maestra, el Taj Mahal.

Cuando el emperador Shah Jahah falleció, sus restos mortales fueron trasladados en barca a través del río Yamuna hasta el mausoleo, donde posteriormente fueron enterrados, y lugar donde yacen hoy junto a los de su amada esposa.

 

 

 

 

A continuación del palacio, frente a otra explanada ajardinada se encuentra una sala de audiencias, que es conocida con el nombre de Diwan-i-Am. Aquí, el emperador Shah Jahan y sus sucesores, recibían miembros del público en general y escucharon sus quejas.

La sala está formada por un pasillo abierto a tres lados, respaldado por un conjunto de habitaciones. El corredor, se encuentra formado por un sistema de columnas que soportan el techo y sus filigranas talladas en forma abovedada.

Nada de cementerios, en cualquier parte del país, encontramos tumbas y mausoleos en el interior de parques, palacios, templos y demás. Los indios modernos, no solamente en la época medieval, entierran a sus más ilustres personajes en lugares públicos, o erigen faraónicas construcciones para obsequiarles con las más solemnes de las sepulturas.

Inexplicablemente para mí, aunque entiendo que sus motivos tendrás, frente la sala de audiencias se halla la tumba de un tal John Colvin, quien al parecer resultó ser un vicegobernador británico durante la represiva época colonial.

 

 

Además de como instalación militar, tal y como mencionaba anteriormente, el conjunto fortificado era utilizado como vivienda y lugar de gobierno por los diferentes emperadores.

A parte de los palacetes que fueron erigidos en su interior, y dada la relevancia que la religión atesoraba en la totalidad del imperio constituyendo uno de los pilares fundamentales en la sociedad, fueron construidas algunas mezquitas que con tiempo suficiente, sería posible visitar.

 

Al igual que en el resto del Rajasthan, y en general por el norte de India, deambular sin rumbo entre mercaderes y comerciantes, puestos de alimentación, telares y mostradores de especias, es una de las más exclusivas vivencias que podamos experimentar en el país.

Y es que en la mayor parte de Asia, una de sus más puras esencias e inherencias del continente, es encarnada y personificada en la mejor de sus formas, cuando paseamos por estos embarullados y turbulentos lugares.

En Agra, además de muchos representativos objetos que son tradición en todo el país, constituye costumbre la fabricación de cueros, alfombras y sobre todo, el tallado de maquetas en mármol.

Las figuritas del Taj Mahal, fabricadas en todos sus tamaños, son el más clásico de entre los clásicos para comprar. Algunas son manufacturadas en mármol, pero salvo que topemos con algún honrado vendedor, lo más probable es que nos traten de encasquetar alguna pieza talladas en material de menor calidad, como por ejemplo en alabastro. En función de su precio y lo que podamos regatear, podremos hacernos una idea sobre la calidad de su material.

Cerca del fuerte de la ciudad, ubicado junto a la muralla noroeste, se encuentra el mercado más popular en Agra, el bazar Kinari.

A través de una solitaria explanada, decidimos caminar desde el acceso al fuerte hasta la zona donde se ubica el mercado. Pero la noche comenzaba a caer, y el lugar no nos resultó del todo seguro. Equivocados o no, ante la duda decidimos tomar un rickshow hasta la zona de Taj Ganj, lugar donde se encontraba nuestro hotel.

 

 

Afortunadamente, una vez cerca del hotel, el azar hizo que de manera fortuita, nos inmiscuyésemos en las agitadas callejuelas de Taj Ganj, la zona ubicada frente al Taj Mahal. Su batiburrillo de callejuelas, atestadas de puestos de frutas y hortalizas, sacas que rebosantes de especias, terneras deambulando entre deshechos y comerciantes que vociferan para atraer clientes, hizo que nuestra imaginación se pudiera sumergir en la fragancia de la ciudad.

Sin dudar de manera alguna, caminar desorientados por este entramado de céntricas callejas y callejones, nos permitió descubrir un poco más a fondo la esencia y el espíritu que atesora todo el país. Así, posiblemente ésta, fue una de las mejores vivencias que pudimos experimentar en nuestro viaje por Uthar Pradesh y todo el Rajasthán.

 

 

 

 

 

 

¿Estás buscando alojamiento en Agra? recomendamos alojarse en la zona de Taj Ganj, muy cerca del Taj Mahal. Este concurrido barrio de alborotados comerciantes, es donde se hallan la inmensa mayoría de hoteles, restaurantes, tiendas y comercios.

Para presupuestos ajustados y viajeros no demasiado aprensivos, debido a su excepcional localización recomiendo el hostal Saniya Palace, ubicado a 5 minutos a pie de la entrada principal del Taj Mahal.

Las habitaciones dobles ronda los 9 € noche, son amplias y espaciosas, aunque la limpieza es muy deficiente. El principal motivo para recomendar el alojamiento, además de su excelente ubicación, es el restaurante de exquisita cocina que se halla en la azote con unas espectaculares vistas hacia el Taj.

Para presupuestos más holgados y menos ajustados, el Hotel Taj Resort 4 estrellas se encuentra ubicado en Taj East Gate Rd., una de las principales y más atractivas calles de la ciudad.

Su ubicación también es excelente, a tan solo 500 metros de la entrada este del Taj Mahal. Cuenta piscina, restaurante y buenos comentarios por los usuarios. Hay habitaciones disponibles desde aproximadamente 50 € noche.

 

 

 

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