LEYENDAS CELTAS Y PAISAJES DE ENSUEÑO – QUÉ VER EN EL ANILLO DE KERRY Y SKELLIG

 

 

Castillos, playas, acantilados, bosques color esmeralda, leyendas celtas, fortalezas medievales, misteriosos islotes entre ocultos en el horizonte, y si además te gusta conducir, no lo dudes más, el anillo de Kerry te alucinará.

Los 179 km de la King of Kerry Road que recorren la península de Iveragh, esconden sin duda algunos de los más espectaculares paisajes de Irlanda. Su recorrido es fantástico, legendario, pero hay quienes limitan su viaje por el anillo a una sola tarde. Sin embargo, la ruta que recorre esta hermosa y despoblado península al suroeste de Irlanda, con un poquito de imaginación puede dar muchísimo más de sí.

Si cruzamos hasta la isla de Valentia, podremos alucinar con vistas de 360º grados hacia sus acantilados. Y si completamos la Skellig Ring Road, podremos visitar Portmagee, una pequeña aldea de una sola calle con casitas color pastel, y ver como el sol se entre oculta tras los confines de los islotes de Skellig.

En este blog, encontrarás las paradas que consideramos imprescindibles, después, tu podrás adaptarlas a tus necesidades y el tiempo de que dispongas. Ignora a quien te recomiende recorrer la península en una sola tarde, tómate un par de días, y disfruta con calma de estos inhóspitos y alejados paisajes. ¡Bienvenidos al anillo de Kerry!

 

 

1. Norte del Anillo de Kerry

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Para conocer en anillo de Kerry hay que tomar la carretera N70, señalizada durante todo el trayecto como Ring of Kerry Road. A través de ella podremos conocer prácticamente todos los lugares de interés que vamos a describir, a excepción de algunos que expresamente vamos a indicar.

 

Aldea de Kells

Nuestra primera parada es en la pintoresca aldea de Kells, un pequeño pueblo de pescadores encajonado en una bonita bahía, donde se llega tras bajar por una estrecha y serpenteante carretera que atraviesa el bosque. Su playa, que recibe las aguas ya sosegadas es un remanso de paz, aunque el bosque que la entre oculta, no se queda muy atrás.

Antes llegar al pueblo, donde los árboles se retuercen y su verde fluorescente es más espectacular, se halla el Kells Bay House & Garden, un bonito complejo desde donde poder iniciar el recorrido del anillo de Kerry. No se trata de un hotel cualquiera. Fue inaugurado en 1837 como refugio de cazadores y actualmente, ocupa una privilegiada parcela que incluye diferentes jardines, una playa y una bonita cascada. También hay un puente colgante de cables de acero, que con 33,5 metros el más largo del país.

 

 

 

 

Caserhiveen

Carhersiveen es otra de las indudables paradas obligatorias en el anillo de Kerry. La ciudad, que en la actualidad cuenta con una población de 1041 habitantes, se encuentra ubicada a orillas del río Fertha. Lugar de nacimiento del libertador Daniel O´Conell, también fue el lugar desde donde se inició el alzamiento militar de 1867.

Junto al puente que cruza en hacia los ondulados pastos del norte, se encuentran el cuartel de la Real Policía irlandesa, que fue construido entre los años 1869 y 1971 con un atrevido estilo palaciego. A los pies de su estructura, antes de atravesar el río, hay unas fantásticas vistas hacia un enmohecido puente de hierro, que antiguamente era traqueteado por un viejo ferrocarril.

 

 

 

A 3 km al noroeste de Cahersiveen, alzados sobre sus promontorios se hallan los restos de dos fortificaciones de piedra reconstruidas, cuyos muros datan de finales del siglo IX y principios del X. Considerando que ambas debían ser muy similares, solamente decidimos visitar una de ellas, Leacanabuile.

Dentro del fuerte, se encuentran los restos de cuatro restauradas cabañas, cuyos muros se hallan aproximadamente a la misma altura que las paredes del fuerte. Dos de las casas disponen de sendas cámaras subterráneas, mientras de la más grande de las cuatro, la ubicado en el centro de la construcción, dispone de un desagüe cubierto que va hasta la entrada de ambos fuertes. Hay paneles informativos que aclaran la distribución del fuerte.

 

 

 

Castillo de Ballycarbery

A pocos metros continuando por la misma carretera que conduce a los fuertes, entre cercas de ganado y alzado sobre una lengua pantanosa del río Fertha, engullidas por una cortina de hiedra se hallan las ruinas del castillo Ballycarbery.

La fortificación data del siglo XVI, aunque no se conocen sus orígenes con exactitud. Según parece, el castillo fue levantado sobre las propias ruinas de una fortaleza anterior. En vistas a su abandono, algunos de los muros que faltan, fueron usados por alguien sobre el siglo XVIII para la construcción de su propia vivienda.

 

 

 

La Ring of Kerry Road continúa en dirección sur hacia la ciudad de Waterville. Sin embargo, a dos kilómetros desde Cahersiveen, tomamos la bifurcación del anillo de Skellig, que cruza hasta la isla de Valentia y recorrer los acantilados más occidentales de la península de Iveragh. Sin duda, es una de las alternativas que recomendamos  en caso de contar el tiempo suficiente.

 

2. Isla de Valentia

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El desvío en la bifurcación conduce hasta Reenard, una pequeña aldea donde, tal y como recuerda un monolito conmemorativo, se encontraba la estación ferroviaria más occidental de toda Europa. La estación de Valentia Harvour, se abrió el 12 de septiembre de 1893, y funcionó hasta el 1 de febrero de 1960.

Estas antiguas vías de tren, cruzaban el norte de la península, para conectar las ciudades del este del condado de Kerry con Valentia Harvour. Aquí, el Valentia Island Car Ferry, cruza con frecuencias diarias de 10 minutos hasta Knightstown, único pueblo en la isla de Valentia, conocido por su pequeño campanario color carmín.

 

 

La isla de Valentia tiene 11 km de largo por 3 de ancho, y es recorrida por una red de carreteras estrechas, una de las cuales, asciende siguiendo las indicaciones hasta Geokaun Mountain. Con 266 metros de altura, es el lugar más elevado de la isla. Desde su cima hay unas fabulosas vistas panorámicas en 360º, posiblemente unas de las espectaculares en el anillo de Kerry.

 

 

Es posible llegar hasta la cima en coche, o caminando desde el aparcamiento ubicado al inicio de la ascensión. Antes de llegar a lo más alto, hay zonas de observación señalizadas, con vistas a los islotes de Skellig, Portmagee, los acantilados de Fogher y las minas de pizarra, desde donde se extrajo el mineral para la construcción de algunas simbólicas construcciones, como el Parlamento de Londres, la Catedral de Westminster o la Ópera Palais Garnier de París.

En cada uno de los miradores, hay paneles informativos sobre la mitología, historia, fauna y geografía de la región.

 

 

 

Portmagee (Anillo de Kerry)

Un puente moderno conecta la isla de Valentia con la pintoresca y fotogénica aldea de Portmagee, ya de vuelta a península de Iveragh.

Hoteles, algún restaurante y un par de curiosas tienda de recuerdos. Hay poco más que visitar en Portmagee. Dicho ésto y a pesar de ello, posiblemente se trate de una de las aldeas con más encanto en la península de Iveragh

Bien merece la pena hacer una pequeña parada, para pasear junto a los viejos botes que aguardan amarrados al muelle, o hacer alguna bonita fotografía a las casitas de color pastel en la única avenida de la aldea. Portmagee, también es uno de los lugares desde donde los barcos, zarpan rumbo a las islas Skellig.

 

 

 

 

3. Anillo de Skellig

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Caracterizada por sus paisajes salvajes perdidos bajo acantilados y bonitas playas de arena blanca, el anillo de Skelllig continúa a través del cinturón que bordea la costa occidental de la península de Iveragh. Con tiempo suficiente, es una zona espectacular para poder explorar, donde de manera intermitente, las afiladas aristas de las islas Skellig se dejan entrever sobre la marea.

Otro bonito lugar para explorar, es la playa de la pequeña aldea de Ballinskelligs, caracterizada por una sombría silueta de fondo, que describe el castillo McCarthy alzado sobre una lengua rocosa.

 

 

 

Las islas Skellig y cómo llegar

Engullidos bajo la bruma y el oleaje que cañonea sus diagonales acantilados, las aristas de los islotes de Skellig, emergen de las profundidades del Atlántico transmitiendo un misterioso presentimiento.

Es posible que en el pasado, hayan servido como inspiración para numerosas leyendas, no lo sé. Lo cierto, es que contemplar su tenebroso contorno entre oculto en los confines del horizonte, me provocó un cierto escalofrío difícil de comprender.

 

 

Más allá de hacerse famosas por albergar el templo Jedi de Luke Skywalker en la Guerra de las Galaxias, la más grande de las dos islas que componen el archipiélago, Skellig Michael, fue declara Patrimonio Mundial por la Unesco, pues encierra uno de los más intrigantes y espectaculares paisajes en todo el país.

Entre los siglos VII y VIII, sus abruptas laderas, fueron ocupadas por una comunidad de monjes cristianos quienes en busca de una soledad extrema, levantaron el conjunto de monasterios que aún a día de hoy, resisten el desgaste del temporal. A pesar de que la orden estuvo a punto de desaparecer por diversas incursiones vikingas en los años 812 y 823, la comunidad se supo recuperar y continuaron ampliando los oratorios, hasta que en el siglo XII, decidieron abandonar este inhóspito lugar.

El más pequeño de los islotes, Small Skellig, es el hogar de más de 23.000 parejas de alcatraces, la segunda mayor colonia de cría del mundo. Por ello, y aunque algunos barcos la rodean para avistarla, está terminantemente prohibido desembarcar.

Skellig era uno de los lugares que no queríamos dejar de conocer. Nos supuso una profunda decepción, saber que los barcos solamente hacía salidas entre los meses de mayo a septiembre. El fuerte oleaje y el temporal, además de impedir que los barcos puedan navegar durante el resto del año, también lo pone difícil la mayoría de los días en temporada de navegación.

Los barcos zarpan desde Portmagee, Ballinskegis y Caherdaniel, aunque no todos permiten desembarcar y poder visitar los monasterios. Las dos principales compañías que ofrecen viajes a las islas Skellig son las siguientes:

• Skelligs Rock: www.skelligsrock.com
• John O´Shea: skelligtours@gmail.com

 

4. Sur del Anillo de Kerry

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Tras recorrer las playas de arena blanca de Ballinskelligs y visitar el castillo, debemos continuar por la misma carretera hasta la intersección de la N70 (Ring of Kerry Road), donde hay que girar hacia la derecha para recorrer el sur de la península de Iveragh.

 

Waterville

Chaqué entreabierto, bombín embuchado y brazo derecho en jarra, junto a un precioso atardecer, la estatua en bronce de Charlie Chaplin nos obligar a parar, con la finalidad de rendir memoria al mayor icono del cine mudo en todos los tiempos. Waterville, es una pequeña aldea que descansa en la sosegada bahía Ballinskelligs, donde las olas se deslizan delicadamente, desvirtuando las turbulentas aguas de los acantilados cercanos.

Sus aguas plateadas y la placidez que transmiten los colorines suaves de todas sus casas, fueron elegidas por el actor Charlie Chaplin para veranear junto a su familia durante la década de los sesenta. El Butler Arms Hotel, donde él junto a su familia se alojaba, sigue recibiendo turistas del mismo modo en que lo hacía antaño.

Un buen momento para visitar Waterville, es a finales de agosto, cuando se celebra el Charlie Chaplin Comedy Film Festival. A pesar de que nuestra parada fue breve, consideramos ésta, como una de las paradas imprescindibles en el anillo de Kerry.

 

 

 

 

Caherdaniel y el Parque Nacional Derryname

La Ring of Kerry Road, continua ascendiendo entre impresionantes acantilados y excelentes paisajes hacia las islas Scariff y Deenish. Hay varios puntos de observación donde poder parar, hasta llegar a la aldea de Caherdaniel, otra importante parada en el anillo de Kerry.

Nos desviamos por una estrecha carreterilla, que avanza a través del espeso bosque que puebla el Parque Nacional de Derryname. Al final de la carretera, se encuentra la mansión Derryname House, que fue el hogar durante muchos años de Maurice O´Conell, un famoso contrabandista que se enriqueció manteniendo negocios oscuros con franceses y españoles. Posteriormente, la mansión fue habitada por su sobrino, Daniel O´Conell, quien en el siglo XIX luchó por la emancipación de la Irlanda católica. Desafortunadamente, se nos hizo de noche y no llegamos a tiempo para explorar el lugar.

También desde aquí, a través de una red de senderos señalizados en el bosque, se puede llegar a la que según mencionan, es una de las playas más hermosas en el anillo de Kerry. Fue uno de los lugares uno de los lugares, que desgraciadamente nos quedamos con las ganas de conocer.

 

 

 

Kenmare

De todos los pueblos que conocimos en el anillo de Kerry, posiblemente Kenmare fue el que más nos alucinó. Con más de 2.300 habitantes, es uno de los núcleos más importantes en la península de Ivergah, y su triángulo de calles con lujosos cafés, tiendas de recuerdos y restaurante, también de los más concurridos en el recorrido..

Practicamente Kenmare, se puede resumir en sus tres avenidas principales, las cuales confluyen junto a una plazoleta ajardinada. al otro lado de los jardines, se halla la iglesia de Holy Cros, cuya puntiagudo tejado, se eleva sobre los cielos de este pintoresco pueblecito..

 

 

 

 

 

Explorando los alrededores del pueblo, encontramos un bonito puente de piedra entre oculto por la maleza del turbulento río Finnihi. En la carretera dirección sur, junto al viaducto de la N71, también hay una bonita playa bañada por las aguas de la bahía de Kenamre.

Pero para sorpresa nuestra, lo mejor de todo, fue que nos encontramos con una concentración de coches históricos, y pudimos disfrutar del rugido de los arcaicos motores, que como viejos tesoros esconden estas preciosas reliquias.

 

 

 

 

 

 

5. Parque Nacional de Killarney

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Realmente desconocemos con exactitud, si el Parque Nacional de Killarney forma parte del anillo de Kerry. Pero si el anillo tuviera que ser una ruta circular, tal y como su nombre indica, deberíamos incluirlo en el itinerario.

No solamente por este argumento. También por los paisajes que encontramos entre sus espesos bosques de robles y tejos. Por las antiguas abadías y soberbias mansiones. Por muchísimas razones, Kilarney es de obligada visita en el anillo de Kerry.

El parque se encuentra ubicado próximo a la ciudad de Killarney, al este de la King of Kerry Road, resguardado por elevadas colinas y fondeado por una encrucijada de lagos y estanques. El parque además, ofrece multitud de alternativas y actividades. Se puede elegir entre multitud de senderos que junto a bonitas cascadas y arroyos, recorren los entresijos del bosque. También es posible montar en bici, pasear en barca, o simplemente echar una manta sobre el suelo y disfrutar de un tranquilo día de campo.

 

 

 

Castillo de Ross

Como decía, son muchas las cosas que poder hacer o conocer en el parque. Nosotros comenzamos por visitar el castillo de Ross, ubicado a orillas del lago Leane (Lower Lake), el más grande de todos los que ocupan el parque.

La bonita fortaleza, de la que predomina su torreón, se encuentra ubicada en un idílico lugar desde donde se puede comenzar a explorar el lago. En el embarcadero que se encuentra frente al castillo, se pueden tomar botes para navegar hasta la orilla oeste, o para llegar al diminuto islote de Inisfallen, aunque en él, no está permitido atracar.

 

 

El Castillo que data del siglo XV, fue construido por la familia O’Donoghue. Se trata del último lugar de la provincia de Munster en sucumbir a Cromwell, según dicen, gracias a su ingeniosa escalera de caracol, que fue diseñada con peldaños en diferentes alturas para evitar el paso firme de los atacantes.

La leyenda, menciona que cuando Cromwell se disponía a arrestar O´Donoghue, éste se aupó sobre su soberbio caballo cargando con una mesa y su biblioteca, para después hundirse en las profundidades del lago. Se dice que desapareció, y que actualmente, habita en un palacio que se encuentra en el fondo del lago, para desde allí poder vigilar lo que sucede en su castillo.

 

 

 

 

Castillo de Muckross

La Abadía de Muckross, es otra de las paradas de indudable visita en el parque de Killarney. Hay que desplazarse hasta un extenso aparcamiento junto al lago Muckross, desde donde caminando, pueden hacerse un par de visitas más. La Muckross Traditional Farms, donde se recrean granjas de la década de 1930, y la Muckross House, una impresionante mansión al estilo victoriano, que sirvió como refugio de campo en el año 1843. Hay lugares en el bosque, donde se pueden tomar paseos en carromato para llegar diferentes lugares de interés.

 

 

Nosotros, nos limitamos únicamente a visitar las ruinas de un antiguo monasterio del XXV, que es conocido como Abadía de Muckross. A pesar de su turbulento pasado, asaltado de manera constante para saquear a los frailes e incluso incendiado en 1652, su sombría estructura se halla en relativo buen estado de conservación.

Se puede visitar su interior, donde es posible diferenciar los claustros y las salsas de oración. En el claustro central, se halla un enrome tejo que se eleva por encima de los techos del propio monasterio, el cual según dicen, data de la misma época que la abadía. Durante los siglos XVII y XVIII, se convirtió en lugar de entierro para algunos personajes ilustres en el condado de Kerry.

 

 

 

 

 

Cascada de Torc

A un kilómetro aproximadamente del aparcamiento, tomamos un desvío que señaliza el camino hacia la cascada de Torc. La carretera, bacheada y en muy mal estado, conduce hasta una zona de aparcamiento bastante más pequeña que el anterior..

Desde aquí, se pueden iniciar diferentes rutas de senderismo a través del bosque. Nosotros, tomamos un camino el cual con posterioridad, se bifurca hacia la derecha para regresar de nuevo donde estacionamos el coche. A pocos metros de él, se halla un bonito puente de piedra desgastado por el musgo, frente a una pequeña cascada entre oculta por la maleza, la cascada de Torc.

 

 

 

Ladies View

La misma carretera N71, serpentea ascendiendo hasta nuestra última parada en el parque, Ladies View. Se trata de un mirador, desde donde poder disfrutar de unas espectaculares vistas hacia los riscos y lagos de Kilarney. Cuando la reina Victoria visitó la población en 1861, dicen que las damas de honor lanzaron suspiros al ver este paisaje. Nuestra fotografía no hace para nada justicia a la belleza que entraña el lugar.