Pasaporte Nómada
En el post que abordamos hoy, vamos a detallar una ruta para visitar Lisboa en ¡TRES DÍAS! Un itinerario a través del cual, además de recorrer sus principales lugares de interés turístico, podremos también visitar algunos fuera de lo habitual.
Como digo, 72 horas pueden dar mucho si, pues exprimiéndolas bien, tendréis tiempo suficiente para explorar las zonas de La Baixa, Chiado, el Barrio Alto, Alfama y Belém en profundidad.
Como siempre, además, en nuestro post vais a encontrar información útil y numerosas recomendaciones, lo que os permitirá organizar por libre vuestro viaje a una de las capitales más hermosas del continente. ¡Vamos allá!
En el itinerario y mapa de Lisboa que vais a encontrar a continuación, podréis situar todos y cada uno de los lugares que vamos a describir en el post, lo que os ayudará a organizar un itinerario a medida de tres días de duración.
Recomendamos que valoréis reservar la Lisboa Card, una tarjeta turística que incluye entrada gratuita a los monumentos más importantes, descuentos para otros tantos y el uso de transporte público ilimitado.
Qué ver en Lisboa en tres días. Itinerario día 1:
Qué ver en Lisboa en tres días. Itinerario día 2:
Qué ver en Lisboa en tres días. Itinerario día 3:
Lisboa es una ciudad acostumbrada a recibir turistas, por lo que en ella, encontraréis una amplia oferta de alojamientos para todos los gustos y presupuestos. Desde lujosos hoteles, pasando por apartamentos y alojamientos de precio medio, hasta los clásicos albergues B&B para mochileros y bolsillos más ajustados.
Antes de escoger el vuestro, recordad que la capital lisboeta es conocida como la ciudad de las siete colinas ¡Por algo será! Al principio puede resultar incluso algo gracioso, pero creedme, tanto subir y bajar cuestas termina por agotar a cualquiera.
Para evitar subir y bajar por demás, es importantísimo que escojáis bien el barrio donde se ubique el hotel. En nuestra opinión, la mejor zona donde alojarse en Lisboa es La Baixa, situado en el centro, bajo las colinas donde se alzan Alfama, Chiado y el Barrio Alto. Aquí van nuestras recomendaciones para dormir en Lisboa:
Hotel cinco estrellas situado junto a la plaza del Comercio, el centro turístico de la capital lisboeta. Dispone de habitaciones elegantes, restaurante, piscina y numerosos servicios, ideal para los turistas más exclusivos.
Apartamentos a precio medio muy bien situados bajo el castillo de Säo Jorge, junto a La Baixa. Ideal si viajáis en familia debido a la amplitud de sus habitaciones, excelente precio y ubicación. Disponen de acomodación para hasta ocho personas, cocina y terraza incluida.
Hostel B&B con habitaciones económicas y excelente ubicación, situado junto al elevador Santa Justa, próximo a plaza Rossio. Como siempre, aconsejamos este tipo de alojamientos a quienes viajen en solitario o que deseen compartir experiencias con otros aventureros y dispongan de un presupuesto más ajustado.
Ambos sobre un conjunto de colinas junto a la cauce del Tajo, durante el primer día de ruta para visitar Lisboa en 3 días vamos a explorar a fondo los barrios de Alfama y Graça, dos zonas que aún conservan prácticamente intactas las tradiciones más arraigadas de la ciudad.
Nuestra excursión recomendada para el día de hoy es este free tour gratuito por Alfama en castellano, ya que en él, se visitan gran parte de los monumentos que incluimos en el itinerario.
El primer lugar que vamos a conocer es la Catedral de Lisboa, también conocida como la Sé de Lisboa, el edificio más antiguo de la capital.
Su construcción comenzó a mediados del siglo XII, cuando Alfonso Henríquez y el primer obispo de Lisboa Gilbert de Hastings, tras reconquistar la ciudad a los musulmanes decidieron construirla sobre una antigua mezquita. A lo largo de toda su historia, esta vetusta edificación ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos, así como de grandes catástrofes naturales como el terremoto que en 1755 asoló la ciudad.
La catedral mantiene elementos románicos en su estructura externa, como las dos torres y en el rosetón. El interior, más oscuro y austero, evidencia el estilo gótico de su diseño. También alberga los restos de San Vicente, patrón de la ciudad, cuyo ataúd según la leyenda fue acompañaron por dos cuervos durante su traslado a Lisboa, motivo por el que ambas aves se encuentran presentes en el escudo de armas de la ciudad.
Esta desconocida iglesia queda ubicada muy cerca de la catedral, y está dedicada a San Antonio de Lisboa, conocido oficialmente en el mundo cristiano como San Antonio de Padua.
El edificio ha sufrido varias reconstrucciones, una de ellas, debido al terremoto de 1755, tras cuyo suceso solamente quedó en pie parte de la capilla, erigida sobre el solar donde nació San Antonio el 15 de agosto de 1195.
El 12 de mayo de 1982, el papa Juan Pablo II la visitó e inauguró una estatua de San Antonio situada frente a la iglesia. Posteriormente rezó en la cripta, lugar que indica el punto exacto donde nació el santo.
Tras visitar ambos templos continuaremos por la Rúa Limoeiro, siguiendo los pasos del tranvía 28E, adentrándonos de esta manera en el barrio de Alfama.
Junto a una pequeña capilla denominada también como Santa Luzia, se encuentra el mirador homónimo, uno de los más famosos de Lisboa con sus hermosos jardines de bugambilias y sorprendentes vistas al estuario del Tajo.
En la fachada sur de la iglesia podréis ver una pared de azulejo, donde se representa la Plaza del Comercio antes del terremoto de 1755 y la toma por los cristianos del Castillo de San Jorge. Al otro de lado de la capilla se encuentra el mirador de Portas do Sol y su panorámica espectacular: el Panteón Nacional y la iglesia São Vicente de Fora, ambos rodeados por cientos de tejados y edificios color pastel, con el azul intenso del Tajo como telón de fondo.
Subiendo por una de las estrechas calles situadas tras la capilla de Santa Luzia, a pocos metros, se encuentra uno de los monumentos más emblemáticos e imprescindibles que visitar en Lisboa, el castillo de São Jorge.
La fortaleza, situada en lo más alto de la colina homónima sobre los tejados de Graça y Alfama, fue construida durante el siglo V en la era de los visigodos. Posteriormente fue ampliado por los árabes en el siglo IX y modificado durante el reinado de Alfonso Enríquez.
Su período de máximo esplendor se extendió desde mediados del siglo XIII hasta principios del siglo XVI, época en la que el castillo estuvo ocupado por los reyes de Portugal.
Recomendamos dedicarle un mínimo de dos horas para explorarlo a fondo. Además de los pavos reales y el museo arqueológico, destaca la visita a las murallas y sus jardines, la Torre de Ulises y el yacimiento arqueológico, que incluye restos de viviendas musulmanas y las ruinas de la residencia real.
Para llegar hasta el mirador de Senhora do Monte tendréis que seguir subiendo, ya que está situado en el punto más elevado de Lisboa. Merece la pena ¡Y vaya si la merece! Pues las vistas alcanzan prácticamente a toda la ciudad.
Junto a él, reconstruida en 1755 se encuentra la capilla de Nostra Senhora do Monte, conservando algunos elementos originales como la famosa silla de piedra de San Gens, donde las embarazadas deben sentarse para pedir buena suerte durante el parto.
Una de las paradas fuera del itinerario habitual es la del monasterio de Sao Vicente de Fora, situado en el barrio de Graça, muy cerca del Panteón Nacional.
Fue fundado en el año 1147, aunque con posterioridad, fue sometido a un profundo proceso de remodelación al mando del italiano Felipe Terzi y del arquitecto Juan de Herrera, artífice del monasterio del Escorial. Entre otros muchos tesoros, su interior aguarda el panteón de la familia Braganza, última familia real portuguesa.
Su visita incluye numerosas salas decoradas de azulejos clásicos portugueses y exposiciones. Una excelente introducción en el mundo del azulejo. La entrada es gratuita.
Callejeando entre empinadas pendientes y callejones estrechos es momento de dirigirse al Panteón Nacional. Para ello debemos atravesar los barrios de Graça y Alfama, la Lisboa tradicional y la zona más antigua de la ciudad, donde la vida transcurre de manera tranquila entre edificios forrados de azulejo y pequeñas tascas.
Y es que allá en sus inicios, la ciudad se expandió en torno a este entramado de callejuelas, alrededor del castillo de Säo Jorge. Antaño, durante la dominación árabe en la zona alta vivían las familias ricas, mientras que en Alfama do Mar, vivían las clases más modestas. En la Edad Media, cristianos, judíos y musulmanes convivieron todos mezclados en este lugar.
El edificio barroco que alberga el Panteón Nacional de Portugal es uno de los más impresionantes de la ciudad. Tras un agradable paseo subiendo y bajando escaleras, al llegar a él, os impresionará su cúpula y deslumbrante fachada.
Comenzó a construirse a finales del XVII y fue culminado 1966. En principio solo fue una iglesia sin más, pero después, sirvió para rendir homenaje con cenotafios a ciertos personajes ilustres como Vasco de Gama, el futbolista Eusebio, Amália Rodrigues, João de Deus o Luis de Camôes.
Si queréis rematar la faena subid hasta el mirador de la cúpula. Las vistas al río y la estatua del Cristo Rei, recordando al Redentor de Río de Janeiro, son sencillamente de infarto.
Durante el segundo día de ruta por Lisboa en tres días vamos recorrer La Baixa Pombalina, conocida como la parte baja de la ciudad. Por la tarde, ascenderemos de nuevo hasta las alturas para explorar a fondo Chiado y el Barrio Alto, dos preciadas joyas de la capital lisboeta.
Nuestra excursión recomendada para el día de hoy es el clásico free tour gratuito por Lisboa en castellano, ya que incluye visita a los lugares más emblemáticos de la zona.
A pesar del terremoto de 1755, el cual destruyó el Palacio Real que se alzaba sobre este lugar, la Plaza del Comercio sigue siendo uno de los centros neurálgicos y lugares más transitados de Lisboa.
Su proyección actual se la debemos al Marqués de Pombal, quien decidió reconstruirla en forma de «U», con tres soberbios edificios porticados que albergan organismos gubernamentales, la principal oficina de turismo de Lisboa y algunos restaurantes y cafeterías, como el Martinho da Arcada, el más antiguo de la capital.
En el centro de la misma se alza la estatua ecuestre de José I, monarca portugués que se encontraba en el trono en el momento del terremoto. Pero, el elemento más llamativo de la plaza sea el Arco de Rua Augusta, donde comienza la calle homónima, convertida en una de las avenidas más transitadas de la Lisboa moderna. También fue construido tras el terremoto, y consta de numerosas columnas coronadas por figuras alegóricas que representan la gloria, el valor y el genio.
En él podréis contemplar algunas esculturas de ilustres como Vasco de Gama, el Marqués de Pombal o Nuno Alvares Pereira. Es posible subir al mirador situado sobre la cornisa (2,50 € por persona e incluido en la Lisboa Card), para disfrutar de sus maravillosas vistas, desde donde observaréis un conjunto de escalinatas adosadas al río, utilizadas por los reyes a su llegada a la ciudad.
En la parte baja de Lisboa y separando Alfama del Chiado, se encuentra la Baixa Pombalina, denominada así en honor al Marqués de Pombal, quien diseñó la reconstrucción de su trazado.
En la actualidad, constituye uno de los principales puntos de encuentro, con sus animados bares, terrazas y plazoletas. Algunas de sus calles mantienen los nombres gremiales de las actividades que se realizaban en ellas: Rua da Prata, Rua Aurea o Rua dos Sapateiros.
Otra de sus calles más famosas es Rúa Augusta, repleta de tiendas de souvenir, bares y restaurantes. Algunos de los monumentos de imprescindible visita en el barrio son el elevador de Santa Justa, Plaza Rossio y la Plaza de Figueira.
El elevador de Santa Justa fue construido en 1902, y servía como medio de transporte para conectar La Baixa con el barrio de Chiado. Sin embargo, el paso del tiempo lo ha convertido en mera atracción turística, rememorando así la importancia que tuvo en tiempos pasados.
De estilo neogótico, posee una estructura de hierro inspirada en la Torre Eiffel Desde los 45 metros de altura a los que se encuentra el punto más elevado hay una cafetería con formidables vistas a la ciudad y el castillo de São Jorge. Al salir por la pasarela que conecta con Chiado, podréis visitar la pequeña Plaza del Carmo, frente a la cual se encuentran las conocidas ruinas del antiguo Convento do Carmo.
Actualmente es conocida como Plaza de Don Pedro IV, primer emperador de Brasil y rey portugués. La denominación Plaza Rossio, solo responde al concepto «espacio común», muchas ciudades portuguesas tienen plazas que aluden a esta misma denominación.
Desde el siglo XIII, este lugar constituye el centro neurálgico y más activo de Lisboa, testigo de juicios, fiestas populares, desfiles, encuentros políticos y religiosos o ejecuciones durante la Inquisición. Además de sus fuentes barrocas, adoquinado y la estatua de Don Enrique que la preside, en su alrededor, son especialmente relevantes el edifico de Teatro Nacional, la estación de trenes de Rossio y la Iglesia de São Domingos.
La Iglesia de São Domingos está situada muy cerca de la Plaza de Rossio, lugar que generalmente pasa desapercibido por los turistas quienes visitan la ciudad.
Fue construida en el siglo XVIII, aunque a lo largo de toda su historia, ha sido testigo de numerosas catástrofes como el terremoto de 1755 y el incendio que sufrió en 1959. La estrella de David que observaréis en su exterior, indica el lugar donde en 1506 tuvo lugar una matanza antisemita.
Situada en el lugar donde con anterioridad al terremoto se encontraba el Hospital Real de Todos los Santos, el más importante de la ciudad, hoy nos encontraremos la famosa y concurrida Plaza de Figueira.
Tras su reconstrucción, se convirtió en un mercado de frutas y hortalizas y posteriormente en un gigantesco mercado cubierto. Hoy, además de la estatua ecuestre del rey Juan I, brinda unas magníficas vistas hacia el castillo. Uno de los lugares imprescindibles que ver en Lisboa en dos días
Llamada de esta manera en recuerdo de quienes en 1640 se rebelaron contra la dominación española, es uno de los ejes donde se proyecta la ciudad de Lisboa. Presidida por un gigantesco obelisco, en uno de sus extremos comienza la avenida de Liberdade, la más suntuosa, repleta de lujosas edificaciones, restaurantes y tiendas de alto standing.
Atribuyéndose ambientes y personalidades muy diferentes, ambos barrios, se entremezclan en forma de estrechas calles alzados junto a La Baixa, sobre una prominente colina.
En la misma Plaza de los Restauradores, en una estrecha bocacalle encontraréis la terminal de Elevador de Glória, el segundo más antiguo de Lisboa, el cual desde 1885 comunica la parte baja con el mirador de San Pedro de Alcántara, en el barrio de Chiado. El billete de ida y vuelta tiene un importe de 3,80 € (incluido en la Lisboa Card), aunque podéis combinarlo con el ascensor de Bica para descender después de recorrer Chiado y el Barrio Alto.
En 1988 tuvo lugar un trágico suceso en el Chiado, ya que un incendio destruyó buena parte del barrio, cuyas viviendas y negocios locales resultaron pasto de las llamas. Su reconstrucción fue obra del arquitecto Álvaro Siza Vieira, proceso durante el cual, fueron rehabilitados una veintena de edificios históricos.
Un paseo por Chiado y el Barrio Alto os permitirá descubrir sus monumentos más importantes como son la Casa Ferreira de Tabuletas para admirar su bella fachada de azulejos, la iglesia museo de São Roque, las ruinas del convento del Carmo y la plaza de Luis de Camões. Para finalizar os recomiendo visitar el mirador de Santa Catarina y sus fantásticas vistas al estuario del Tajo, entre artistas callejeros quienes amenizan el ambiente con música popular.
Para regresar de nuevo a la parte baja podéis utilizar el ascensor de Bica, el funicular con mayor pendiente y uno de los que ofrece mejores vistas. Recordad que podéis hacer uso del billete de vuelta comprado en el ascensor de Bica.
Su austera fachada no hace justicia ni advierte de lo que aguarda su exquisito interior, decorado con mármoles, tallas de madera dorada, preciadas obras pictóricas y azulejos.
En el lugar que ocupa la iglesia de São Roque, situado fuera de las murallas de la ciudad, durante el siglo XVI se creó un cementerio para enterrar al número cada vez mayor de víctimas de la peste. Tras ello, se construyó una ermita dedicada al protector de los pestilentes, San Roque. Si tenéis tiempo recomiendo visitar el museo adyacente, que exhibe una colección de utensilios sagrados y obras pictóricas.
Las ruinas del convento del Carmo son uno de los lugares más espectaculares e importantes que visitar en Lisboa en 3 días.
Fundado en el año 1399, fue el templo gótico más importante de la capital hasta que el terremoto de 1755 lo derribó. Hoy en día, las ruinas del antiguo convento acogen el Museo Arqueológico do Carmo, donde se expone una valiosa colección de hallazgos descubiertos entre la prehistoria y la Edad Media.
Además de innumerables piezas y herramientas prehistóricas, el museo alberga sarcófagos del período romano y egipcio, momias o la tumba del rey Fernando I.
Como suelen decir, «el fado es como la vida misma» feliz, triste poético y con historia, fusión de las melodías de los nostálgicos marineros, las baladas poéticas de los musulmanes y las canciones de los esclavos brasileños.
Originario de las calles de Alfama, el fado, en resumidas cuentas, es la canción popular de Lisboa, un arte interpretado por un vocalista, acompañado por una viola y una guitarra típica portuguesa, interpretado tradicionalmente en tascas de barrio.
Si queréis conocer más sobre su historia y evolución, entre El Panteón Nacional y la Plaza del Comercio se encuentra conocido Museu do Fado, donde os podréis sumergir en sus melodías agridulces y descubrir los secretos que entraña la canción portuguesa. Y si de verdad queréis conocer su encanto de primera mano, no dejéis de asistir al espectáculo de fado en Chiado, experiencia imprescindible para conocer y disfrutar de los entresijos de la cultura local. Una magnífica velada para poner fin a una jornada de turismo a la que no le puede faltar nada de nada.
Durante el tercer día de itinerario por Lisboa nos vamos a desplazar hasta Santa María de Belém, conocido como el barrio de los descubrimientos. Después, para pasar la tarde os vamos a proponer varias alternativas entre las que podréis escoger las que más os gusten.
Nuestra excursión recomendada para el día de hoy es el clásico free tour gratuito de Belém en castellano, ya que incluye visita a los lugares más emblemáticos de la zona.
El barrio de Santa María de Belém es uno de los lugares más importantes e imprescindibles que visitar en Lisboa. Está situado ocho kilómetros al oeste del centro de la ciudad, siguiendo la orilla del estuario del Tajo.
Es conocido también como el barrio de los descubridores, pues desde el antiguo astillero que se ubicada en este lugar, partieron algunas de las expediciones más exitosas de los navegantes lusos, como la del explorador Vasco de Gama, quien logró circundar el cabo de Buena Esperanza para establecer una nueva ruta entre Asia y Europa.
Además de sus espectaculares vistas al puente 25 de abril y la estatua de Cristo Rei, hay muchos lugares de gran interés que podréis visitar en Belém. Los más importantes son la famosa Torre de Belém, hoy icono de la capital lisboeta, el monumento a los descubrimientos, el monasterio de los Jerónimos y por supuesto también, la antigua confitería de Belém, lugar desde donde hace décadas se elaboran esos famosos pastelitos de los que ya habréis oído hablar, y que estaréis deseando por fin de probar.
Una mañana es suficiente para poder visitarlos, pero si queréis conocer a fondo esta famosa barriada situada a orillas del Tajo y saber cómo llegar, os recomiendo visitar el siguiente post.
Explorar a fondo Belém, incluida la visita el monasterio de los Jerónimos, os podría llevar incluso una mañana completa. Por tanto, para vuestra última tarde en Lisboa vamos a proponer una serie de alternativas.
La primera de ellas, simplemente consistirá en pasear por el centro de la ciudad, ir de compras por los comercios de La Baixa y disfrutar del magnífico ambiente que brindan sus terrazas y bares. Algo merecido llegados a estas alturas. Sin embargo, si os habéis quedado con ganas de más, podéis optar por una de las siguientes opciones.
En el barrio de Santa María de Belém podréis tomar un barco para navegar por las aguas del Tajo y contemplar, además de la puesta de sol, los monumentos más importantes de la zona desde una perspectiva muy diferente.
Si ya no quedan ganas de caminar, sin duda que esta romántica alternativa puede convertirse en una excelente opción. Aquí podéis reservar el crucero con antelación.
El segundo plan alternativo consiste en tomar el tranvía 15E, el cual conduce al centro de Lisboa o un taxi hasta LX Factory, un pequeño barrio alternativo que ocupa un complejo industrial abandonado, hoy restaurado de una forma muy peculiar.
Concretamente está situado bajo los pilares del puente 25 de Abril. En él podréis disfrutar de restaurantes con comida internacional variada, música en directo, talleres artesanales, galerías de arte, tiendas vintage con artículos de lo más curioso, bibliotecas y otros espacios dedicados a la cultura y el arte urbano.
Después podréis probar con la experiencia del pilar 7 del puente 25 de Abril, y disfrutar de unas inmejorables vistas desde su mirador panorámico a 80 metros de altura. Este famoso puente que recuerda al Golden Gate de San Francisco, tiene casi dos kilómetros de longitud y conecta Lisboa con la localidad ribereña de Pragal.
Tras ello, podréis tomar un taxi para cruzar el puente y visitar el santuario del Cristo Rei, visible desde buena parte de la ciudad. Esta gigantesca estatua de 110 metros de altura que representa a Jesús de Nazaret recordando al Cristo Redentor de Río de Janeiro, es uno de los símbolos más visibles y reconocidos de la capital lisboeta.
Otra opción es visitar uno de los tantos museos a vuestro alcance en la ciudad. Personalmente, si os decidís por esta opción recomiendo el Museo Nacional del Azulejo, el cual, abarca 500 años de historia y artesanía portuguesa relacionada con una de las tradiciones más enraizadas en todo el país.
En el siguiente post, encontraréis todas nuestras recomendaciones para ayudaros a escoger entre los mejores museos de Lisboa.
Una de las visitas más deseadas para quienes visitan Lisboa, es hacer una excursión de un día a la vecina Sintra y el Palacio de Pena. Si también tenéis previsto conocer este fascinante lugar durante vuestro viaje de tres días a Lisboa, os recomiendo seguir el siguiente itinerario para visitar Lisboa en dos días, y emplear un tercero para explorar Sintra.
Para visitar Sintra desde Lisboa tendréis diferentes opciones. Podréis hacerlo en transporte público, en taxi, reservando un coche de alquiler o mediante excursión guiada a Sintra en castellano desde Lisboa, que incluye también visita a la vecina Cascais.
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