Aunque las estafas a extranjeros son frecuentes en toda el país, Benarés es de todas las ciudades que visitamos donde fuimos objeto de más intentos de estafa. En muchas ocasiones, estoy seguro de que también fuimos timados.

En prime lugar, debes saber que no te debes de preocupar, es algo habitual, un peaje que deben pagar todos los que viajemos a este país. Para comprender esta práctica, solamente hay que ponerse en su lugar, nos ven como turistas occidentales, el mero de hecho de haber podido pagar un billete de avión entre la India y Europa, les hace ver que somos gente con pasta, para ellos somos personas ricas. ¡Somos millonarios!.

Las estafas en India suelen reducirse a sacar unas rupias demás, o simplemente acabarte llevando al negocio de algún amigo o familiar. Insisto, no tienes que preocuparte por nada más, en la inmensa mayoría de los casos, lo indios no son personas agresivas ni que te vayan a robar.

Comprenderlo es genial ¿verdad?. Pero también es cierto, que una vez en el país, a nadie nos gusta que nos tomen el pelo ni ser estafados. Para ello, a fin de evitar situaciones incómodas o simplemente para que seas consciente de que estás siendo timado, hemos redactado este artículo donde aprenderás a identificar las estafas más comunes en Benarés y cómo evitarlas. ¿Estás preparad@? ¡Vamos allá!

 

Al presenciar las cremaciones en los ghats, sobre todo en Manikarnika, raro es que no se aproxime alguien quien, en primer lugar, nos advierte sobre la prohibición de fotografiar el ritual. ¡Exacto!, tiene toda la razón, está terminantemente prohibido fotografiar mientras queman los cuerpos, algo bastante evidente, teniendo en cuenta el momento de duelo para los presentes. Pero ojo, las cremaciones se llevan a cabo en lugares públicos y si muestras el debido respeto, nadie puede exigirte que te marches del lugar.

Hasta el momento todo perfecto, pero nuestra reacción, servirá al fulano para saber si somos novatos en Benarés. Si le damos muestras de ello, rápidamente comenzará a soltarnos el rollo de que es un empleado del ghat. Si de verdad estás currando aquí. ¡que narices haces hablando conmigo!, puedes pensar.

A continuación, el tipo en cuestión empezará explicar el procedimiento del ritual. Aquéllo de las vueltas alrededor de la pira funeraria, a quienes está prohibido incinerar, algunas historias más y todas esas cosas que ya sabrás. También, dirá que es el encargado de recoger los enseres de las personas incineradas para venderlos, y así ayudar económicamente a quienes no poseen recursos para comprar la madera. La cuestión es que nunca tratará de vendernos esos objetos, ¿el motivo?, simplemente por que es una trola. Con la misma excusa, pedirá un donativo que no irá a otro lugar que a su fardiquera. ¡Estafador a la vista!.

 

 

Aunque debemos tener sumo cuidado con las cámaras de fotos en cualquiera de los ghats durante las cremaciones, en Manikarnika tenemos que prestar especial atención a ello. Aquí, siempre hay timadores al acecho de los extranjeros, y en el momento que nos vean usar nuestro móvil o la cámara de fotos, alguien se acercará para, en primer lugar, indicarnos que está prohibido echar fotos en el ghat.

¡Mentira!, siempre y cuando no fotografíes el proceso de una cremación, en Manikarnika podemos echar cuantos fotos queramos. O al menos, así debería de ser.

 

 

Tras ello, el tipejo nos pedirá que borremos las fotos y que paguemos para no avisar a los familiares o la policía. No hay que darles una sola rupia por ello, se trata solamente de una estrategia para acojonarnos, pero todo quedará ahí. Sin discutir con él, la mejor idea es marcharnos de ese lugar. Nosotros echamos fotos, no las borramos y por supuesto, no pagamos una sola rupia por ello. Para evitar esta incómoda situación, lo mejor es no andar con la cámara ni el teléfono a la vista, y si decides usarla, hacerlo con discreción.

 

Una de las más bonitas experiencias en Benarés, es pasear en barca por los ghats a través del Ganges, o cruzar hasta la orilla opuesta.

La estafa más habitual a la hora de negociar con los barqueros, es que acordemos un precio para el paseo, y al finalizar, digan que el precio fue pactado en dólares o euros. Para evitarlo, siempre debemos dejar claro que el precio acordado es en rupias. Sin embargo, nosotros fuimos objeto de un intento de timo diferente a éste.

Acordamos el precio para cruzar a la otra orilla del río, caminar a nuestra bola, y regresar en el transcurso de una hora. Una vez al otro lado del Ganges, el barquero pareció encontrarse con un conocido, e insistió en que paseásemos cuanto quisiéramos sin preocuparnos de la hora. Ya nos olíamos lo que pasaría después, y no nos equivocamos. Al regresar, nos pidió más dinero al haber superado el tiempo acordado. Por supuesto, tampoco le pagamos una sola rupia de más.

 

 

Éste es otro de los timos más habituales en Benarés. Alguien que se nos acerca, y se ofrece como guía a bajo coste para mostrarnos la ciudad. En el mejor de los casos, nos dará un breve paseo por las orillas del río, y nos contará cualquier chorrada que hasta posiblemente, el tipo se inventará. Después, seguramente acabaremos en la tienda de algún familiar.

Para evitar esta habitual clase de timos, siempre recomendamos contratar previamente las excursiones con empresas conocidas, que exclusivamente se dedican a ello. Aquí, puedes consultar algunas de las excursiones mejor valoradas en Benarés.

 

Si de ingenio para estafar a los turistas se trata, a los indios no hay quien les pueda ganar. Otra modo habitual para ganar clientes, es montar negocios con nombres doblados. Por ejemplo, si cualquier guía de viaje recomienda un restaurante para comer, nos podemos encontrar otro con el mismo nombre o muy similar, pero que no se trate del que buscamos.

Nosotros aún advertidos de ello, caímos en el Brown Bread Bakery falsificado, son auténticos expertos con estas artes. Para evitarlo, deberemos asegurarnos de la dirección, comprobar la estética de la fachada, o bien llamar antes de ir para asegurarnos de ello. Tampoco es recomendable preguntar al primero que nos crucemos, posiblemente así, terminaremos en el local de algún amigo o familiar.

 

En cualquier momento y lugar, nos encontramos con Shadus fingidos que se exponen para ser retratados, o bien que nos ofrecen sus fraudulentas bendiciones. Lo más habitual es encontrarlos en lugares dedicados al culto, templos y demás. Y como no, ¡si, acertaste, en los ghats de Benarés!.

Empezaremos por explicar que es un Shadu. Para que lo entiendas de manera sencilla, se trata un sacerdote o monje hindú, quien durante el transcurso de su vida espiritual, ha logrado adquirir de manera indudable una enorme sabiduría de una manera austera y mediante la penitencia. Sus barbas pobladas, el atuendo desaliñado y su aspecto zarrapastroso, les caracteriza físicamente. Aunque eso sí, su apariencia resulta muy fotogénica para cualquier occidental. Una «trampa» real para el bolsillo de los extranjeros.

 

 

Y digo una trampa real, no por los Shadus en si, quienes sin duda muestran una integridad espiritual fuera de lo habitual. Sino por aquéllos quienes en vistas a ganarse un dinero, se disfrazan para imitarlos, posar y ofrecernos sus bendiciones en forma de tikas, esas coloridas marcas que colocan sobre sus frentes, a cambio de unas monedas.

¿Y cómo diferenciar un Shadu original de un estafador? Ello nos resultará muy sencillo. En muy raras ocasiones, un shadu original se ofrecerá para hablar con nosotros de manera descarada, y mucho menos, para posar delante de nuestros teléfonos de última generación. A los sahdus de verdad, no les gusta que les fotografíemos, y mucho menos, sacar tajada a costa de su insólito aspecto. Con mucha suerte, lograremos conectar con alguno de ellos y mantener una digna conversación.

 

 

¡Se me olvida!, un efectiva estrategia para que no te den mucho la murga. No respondas cuando te venga a tocar las narices, – Hello, Where are you frome – My friend – Amigo español -, nada que tu a lo tuyo y habla lo menos posible con desconocidos. Y con ésto, no pretendo evitar que te relaciones con nadie, he dicho «cuando te vengan a tocar las narices». Seguramente, puedas sacar alguna conversación interesante con alguien, pero a los timadores se les ve a la legua.

Una técnica muy recurrida para evitarles cuando se aproximen, es levantar la mano sin contestar, como si te fueras a quitar una mosca de encima. Lo vimos en una guiri que caminaba alegremente por Manikarnika. Pensamos «ésta sabe de qué va la vaina», y mano de santo. Con todo ello, a disfrutar de Benarés, es una ciudad que para nada nos dejó disconformes, se trata de una experiencia única, muy especial y digna de saborear.

 

 

 

 

 

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