RUTA DE LA COSTA DA MORTE - TIERRA DE MEIGAS, NAUFRAGIOS Y ANTIGUAS LEYENDAS
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1. ITINERARIO DE LA RUTA DE LA COSTA DA MORTE
Indomable y marcada por numerosas catástrofes en el mar, la Costa da Morte, no solamente responde a uno de los lugares salvajes más bellos del litoral gallego. Sino que también, probablemente se trate del lugar que mayor nostalgia transmite.
En estos confines, los más occidentales de la Europa continental, mordido por el azote del temporal la costa dibuja vertiginosos acantilados y afiladas aristas, que brotan desafiantes desde las profundidades del mar.
Sin embargo, el paisaje sombrío cargado de abruptos y peligrosos abismos iluminados por el haz de sus faros, guarnece infinitas playas de arena blanca engullidas por bosques salvajes, lo que otorga un aspecto paradisíaco de los más envidiables de España.
Por todo ello y para quienes decidáis conocer este maravilloso enclave, hemos redactado nuestro artículo de hoy RUTA DE LA COSTA DA MORTE – TIERRA DE MEIGAS – NAUFRAGIOS Y ANTIGUAS LEYENDAS, que os permitirá explorarlo a fondo y disfrutar de un itinerario para nunca olvidar. ¡Comenzamos!
1 - ITINERARIO DE LA RUTA DE LA COSTA DA MORTE
El apelativo Costa da Morte, alude a la parte de una comarca situada en la región más occidental del litoral gallego, lastimada por la gran cantidad de naufragios, que han tenido y siguen teniendo lugar en aguas próximas.
Es por ello, que no existe una delimitación precisa del territorio que ocupa. En referencia a la denominación que apunta a su peligrosidad, podemos definir como tal a la costa que comprende, de norte a sur, desde punta Roncudo al cabo de Finisterre, formada principalmente por accidentados acantilados.
Sin embargo, nuestro itinerario de aproximadamente 200 kilómetros de carretera, por la belleza que entrañan algunos parajes cercanos, vamos a prolongarlo desde punta de Insúa, situada al sur de Finisterre, para finalizar en el faro de Nariga, al norte de punta Roncudo.
Éste, es perfecto para completarlo en 3 días, el cual podríamos disponer del siguiente modo, aunque también podréis realizarlo en sentido inverso.
- Día 1: Punta de Insúa – Lira – Carnota – Ézaro – Finisterre – Touriñán.
- Día 2: Muxía – Playa de Lago – Camariñas – Cabo Vilán – Cementerio de los Ingleses – Playa de trece.
- Día 3: Camelle – Laxe – Punta Roncudo – Punta Nariga.
2 - QUÉ VER EN LA COSTA DA MORTE
A continuación, vamos a describir los lugares que consideramos precisos para visitar en la Costa da Morte.
Si disponéis del suficiente tiempo, no deberías pasar por alto ninguno de ellos, pues no somos de rellenar nuestros posts sin motivo. Consideramos así, que son todos ¡IMPRESCINDIBLES!.
PUNTA INSÚA Y FARO DE LARÑO
El primer lugar de los que vamos a visitar en nuestra ruta por la Costa da Morte, será Punta Insúa y el faro de Lariño. Muy próxima a monte Louro, tras la ría de Muros y Noia, se trata de un pequeño saliente situado entre arenales extensos y pedregosos acantilados.
Sobre las rocas, observaremos el faro de Lariño, baliza de gran importancia para las embarcaciones que pretenden acceder a la ría de Corcubión. En aguas cercanas, allá por el año 1966 naufragó el Ariete, buque de guerra español, que debido a una fuerte tempestad fue arrastrado desde las islas Cíes junto a la costa de Vigo.
Finalmente, el barco se hundió a 200 metros de la costa da Morte. Sin embargo, gracias a la rápida intervención de los vecinos de la cercana Carnota, salvó la vida el total de su tripulación, hecho por el que la población de la ciudad fue galardonada con el título «muy humanitaria».
Desde el aparcamiento ubicado junto al faro, es posible acceder a la playa de arenas blancas de Lariño, y más al sur a la de Area Maior.
LIRA
La siguiente parada que vamos a efectuar, será para visitar el conjunto eclesiástico de la pequeña parroquia de Lira, formado por la iglesia parroquial, un gran palomar y su famoso hórreo.
Este tipo de construcciones, las que acostumbraréis a ver por todas y cada una de las poblaciones gallegas, eran erigidas en piedra de granito para almacenar el grano. Al situarlas sobre pilotes, de tal modo, evitaban también que animales salvajes accedieran al interior.
Éste concretamente, fue construido entre los años 1779 y 1814, en rivalidad y para superar en dimensiones al de la vecina Carnota. Así, el hórreo de Lira con sus 36 metros de longitud, se convirtió entonces en el más grande de la Costa da Morte.
CARNOTA
Visible desde varias millas náuticas e incluso desde la punta de Finisterre, la línea blanca descrita por el arenal de la playa de Carnota, brilla y destaca bajo frondosos bosques que pueblan las montañas próximas.
Con sus siete kilómetros de longitud, se trata de una de las más famosas y conocidas en todo el litoral gallego, también por sus excelentes aguas color turquesa.
No muy lejos de este plácido lugar, encontraremos el otro conjunto eclesiástico más conocido y famoso de la región. Junto a la iglesia Santa Comba de Carnota, construida sobre los restos de un templo romano, está situado su famoso hórreo de 34 metros de longitud con el que rivalizaron en Lira, finalizado allá por el año 1783.
CASCADA DE ÉZARO
Nuestro itinerario prosigue en dirección norte, accediendo a la ría de Corcubión hacia la parroquia de Ézaro, costeando el litoral por uno de los tramos de carretera más hermosos de nuestra ruta.
A través de ella, encontraréis numeroso lugares donde parar, y disfrutar de unas vistas espectaculares hacia hermosas playas de arena blanca, aldeas posadas sobre los acantilados como Porto do Pindo, y como no, hacia la no tan lejana punta de Finisterre.
Formada por el río Xallas, la cascada de Ézaro o en gallego llamada Fervenza do Ézaro, es un espectacular salto de agua de 40 metros de altura, uno de los pocos en la Europa continental que directamente se precipita al mar. Cada noche, un mágico juego de luces la ilumina para deleite de los presentes.
Recomendamos que la visita a este lugar, no se ciña únicamente a explorar las inmediaciones de la cascada. Pues encumbrado sobre una de las colinas que la flanquean, el denominado mirador de Ézaro, brinda unas vistas soberbias a la ensenada, el monte Pindo y el cabo de Finisterre.
Para llegar hasta este punto de observación, hay que seguir por la misma carretera de acceso a la catarata, que asciende desde la parte trasera de la caseta de información.
CABO FINISTERRE
Una de las paradas estrella en la ruta de la costa da Morte, es sin duda la visita al cabo de Finisterre. Su nombre, derivado del latín finis terrae, significa «fin de la tierra».
Tras contemplar la impresionante panorámica con vistas al infinito, no es de extrañar por qué durante la era romana, fue considerado el punto más occidental de la península ibérica, donde nada más se hallaría tras este lugar.
Su impresionante faro, alzado a 143 metros sobre el nivel del mar, y cuyo haz de luz es capaz de alumbrar a más de 30 millas náuticas de la costa, es uno de los más famosos e importantes de la costa da Morte.
Sin embargo, debido a la peligrosidad de la zona y las tempestades que azotan este lugar, no ha logrado impedir que en las aguas que lo rodean, hayan sucedido algunos de los naufragios más trágicos que se recuerdan.
Tras el faro, sobre los acantilados que forman el cabo, se alza una cruz de granito en recuerdo de los marineros cuyos cuerpos, yacen en las profundidades del mar.
También, al ser considerado por muchos el final del camino de Santiago, hay quienes acuden aquí para reflexionar sobre las experiencias vividas durante su peregrinaje. Algunos de ellos, se desprenden de porquerías tales como mascarillas y calcetines usadas durante el trayecto que anudan en el monolito.
¡Consejazo! Pocos metros antes de alcanzar el aparcamiento del faro, un desvío a mano derecha asciende hacia la cima del monte Fachio, la colina más elevada del cabo de Finisterre.
Alejado de grandes aglomeraciones, a medio camino encontraréis un fantástico mirador para en silencio contemplar el atardecer, con una panorámica general de la punta de Finsiterre, el faro, y las aguas atlánticas donde algunas importantes batallas navales tuvieron lugar.
CABO TOURIÑÁN
25 kilómetros al norte de Finisterre, el cabo de Touriñán y su faro, es una excelente alternativa para contemplar la puesta de sol. Infinitamente menos concurrido que el anterior, también se trata de uno de los lugares imprescindibles que visitar en la Costa da Morte.
Conocido también como el último atardecer de la Europa continental, a diferencia de lo que pudieran pensar en la era romana, Touriñán es el segundo lugar situado mas al oeste de la península Ibérica, por delante de Finisterre y tras el cabo Roca en Portugal.
De hecho en este punto de observación, durante dos meses al año, entre el 24 de marzo y el 23 de abril, y en verano entre el 18 de agosto y el 19 de septiembre, es donde podremos contemplar la puesta de sol más tardía del continente.
Una vez soltado el relato, además, los acantilados que forman este escarpado saliente de un kilómetro de profundidad, se encuentran entre los más accidentados y espectaculares del litoral, sobre todo cuando el mar bate con fuerza y arrecia el temporal.
MUXÍA
Entre otras tantas tragedias, marcada por el desastre del prestige, Muxía reposa sobre las rocas entre cúmulos de nostalgia y un profundo sentimiento de devoción. Este pequeño pueblo de tradición marinera, es sin duda uno de los más castigados por las catástrofes en el mar.
Su faro, el cual transmite una sensación de profunda melancolía, desgastado por la erosión se alza sobre un traicionero conjunto de rocas que emergen del mar. Sin embargo y a pesar de su oxidado aspecto, es de vital importancia para las embarcaciones, ya que junto al faro del cabo Vilano, delimita la ensenada formada en el acceso a la ría de Camariñas.
Tras él, erigida en parte sobre los mismos acantilados, frígida e impasible al azote del mar se alza la iglesia Virxe da Barca, construida para cristianizar las costumbres paganas de adoración a las rocas, que tenían ocasión en tiempos lejanos.
Justo detrás del templo, sobre la colina se alza un gigantesco monolito de piedra seccionado por una grieta, que simboliza y recuerda la desgracia del petrolero prestige, que allá en el año 2002, quebró en aguas próximas vertiendo toneladas de crudo que impregnaron las costas de chapapote.
Muxía, no fue la única, pero si la primera en padecer las consecuencias del hundimiento. Aún todos mantenemos en nuestra mente aquellos tristes recuerdos de color negro.
PLAYA DE LAGO
Tras explorar Muxía, sus acantilados y las playas cercanas, vamos a dirigirnos en dirección a Camariñas y el cabo Vilano. Para ello, vamos a tomar el tramo de carretera de 25 kilómetros que recorre la costa, atravesando los frondosos bosques de eucaliptos y pinos que la flanquean.
A través de ella, cruzaremos pequeñas aldeas con sus hórreos dispuestos, disfrutaremos de espectaculares vistas al infinito y observaremos hermosas playas de arena blanca.
De entre todas ellas, vamos a destacar la playa de Lago, pues su maravilloso arenal engullido por pinos silvestres, me conquistó tiempo atrás. Aquí, el río Lago desemboca plácidamente formando un pequeño embalsamiento, donde los niños se pueden bañar sin peligro alguno. Al norte del arenal, hay también un viejo faro que señaliza la desembocadura del río Grande.
Además de algún restaurante con vistas maravillosas para contemplar el atardecer, en las inmediaciones encontraréis algunos campings y hoteles, donde pasar unos días relajados junto a esta playa de aguas plácidas y aspecto tropical.
CAMARIÑAS
El itinerario continúa hacia la hermosa villa de Ponte de Porto, donde la carretera vira a la izquierda, hasta llegar a uno de los principales puertos pesqueros de la comarca, Camariñas.
En el malecón, junto a las embarcaciones a primera hora de mañana, grandes toneladas de pescado y mariscos de todo tipo ponen rumbo a las lonjas, y en pocas horas, a los restaurantes situados en el paseo principal.
Otra interesante atracción, la cual ha tomado incluso fama a nivel mundial, es visitar a las palilleiras del pueblo, quienes vienen heredando desde el siglo XVI las tradición del encaje de bolillos de Camariñas.
CABO VILANO
Al norte de Camariñas, encaramado sobre la cúspide de un anguloso y vertiginoso acantilado de color cobre, se alza el faro con iluminación eléctrica más antiguo de España.
Llamado faro de Vilano, es también uno de los más importantes del litoral, pues la exposición a las inclemencias y escabrosa orografía del entorno, sitúan este lugar entre uno de los más peligrosos de la Costa da Morte.
De hecho, sobre la colina rocosa situado frente al actual, aún pueden explorarse los restos de un antiguo faro de aceite, el cual a pesar de situarse en una posición más elevada, generaba un punto ciego que hacia peligrar la seguridad de las embarcaciones.
Hay que prestar especial atención cuando se visite el cabo con temporal, ya que las olas del mar, se levantan sobre los acantilados y el faro. Nosotros mismo lo hemos experimentado en alguna ocasión.
CEMENTERIO DE LOS INGLESES
Desde el aparcamiento del faro, tomando la carretera que de nuevo regresa a Camariñas, el primer desvío a mano izquierda conduce por un camino de tierra y grava que bordea el litoral hacia el este.
Se trata de uno de los tramos más hermosos de la ruta, pues recorre una sucesión de acantilados mordidos y playas desiertas, el más salvaje de la Costa da Morte. Según avancemos por él, el horizonte gana belleza, donde se dibuja la sombría silueta que describe el cabo Vilano y los islotes que lo flanquean.
A seis kilómetros de la bifurcación, el camino vira a la derecha alcanzado la punta de Boi, una zona de peligrosos acantilados, con secuelas catastróficas para numerosas embarcaciones.
Durante la madrugada del 10 de noviembre de 1890, el buque de bandera británica Serpent permaneció encajado varias horas entre las rocas. Los marineros, de manera infructuosa, lanzaban botes salvavidas al mar, los cuales impactaban contra los acantilados. Finamente la Costa da Morte dictaría la más dura de las sentencias, y sus aguas terminaron por engullir a la tripulación del Serpent. Solamente tres marineros, salvaron milagrosamente sus vidas.
En los días posteriores, los habitantes de las aldeas cercanas ayudaron a los tres supervivientes a dar sepultura a las personas ahogadas, pues la tempestad escupió sus cuerpos sin vida que quedaron tendidos sobre los acantilados.
Para ello, eligieron el mismo lugar donde en 1883, enterraron a la tripulación del mal logrado Irish Hull, otro buque británico que se hundió a merced de la tempestad.
Tras la catástrofe del Serpent, se inició la construcción del actual faro de Vilano, aunque ello no haya logrado impedir, que las aguas de punta de Boi hayan sido testigo de nuevos naufragios. A fecha de hoy, este lugar es conocido como el cementerio de los ingleses, un recinto de piedra a orillas del mar, donde un monolito recuerda dichas tragedias.
PLAYA DE TRECE
Los bellos arenales de la playa de Trece, están situados al este de punta Boi y el cementerio de los ingleses. A pesar de su aspecto aparentemente apacible y tranquilo, antes de adentrarse en en sus aguas, conviene recordar que han sido escenario de imágenes de pánico, miedo y terror.
Tras ella, a lomos del monte Branco, se alza una duna de arena que cuenta con más de 150 metros de altura, aunque no está permitido acceder a la misma, por ser una zona de especial protección natural.
CAMELLE
La pequeña población de Camelle, situada al este del Cementerio de los Ingleses, ha sido también testigo de numerosos naufragios. Sin embargo, el motivo principal por el que la vamos a visitar, es para explorar el museo de esculturas de piedra al aire libre que se encuentra junto al malecón de la aldea.
Aquí, durante los años sesenta vivió Manfred Gnädinger, más conocido por el nombre de “Man, el alemán de Camelle”, un escultor cuyo legado se ha convertido en uno de los más preciados en la Costa da Morte.
Con motivo del hundimiento del petrolero prestige, la mayor parte de las rocas talladas por el artista resultaron cubiertas de chapapote.
FARO DE LAXE Y PLAYA DE LOS CRISTALES
La famosa bahía color turquesa y playa urbana de Laxe, es una de las más famosas y visitadas de la Costa da Morte. Sin embargo, el principal reclamo turístico para visitar esta villa pesquera, es el faro que señaliza una de las puntas más abruptas del litoral.
Junto a él, se alza la melancólica estatua de «la espera», formada por una mujer sujetando un bebé oteando de manera inmóvil el horizonte marino. Este simbólico monumento, recuerda a los marineros que nunca jamás regresaron con sus familias.
De camino al faro, un indicador señaliza el sendero a tomar para llegar a la famosa playa de los cristales. Esta pequeña cala de acantilados, fondeada por algas verdes y de color rojo, presume de haber resultado cubierta por cúmulos de vidrios redondeados por la erosión.
Sin embargo, la historia de este lugar teñido por una estampa multicolor, responde más a una catástrofe medioambiental, de la que no debemos sentir orgullo ninguno. Y es que la totalidad de los desperdicios que aquí podemos ver, han sido devueltos por las olas del mar con saña y mucho rencor, procedentes de un vertedero marino.
Un poco más al norte, entre abruptos acantilados y azotada por fuertes corrientes marinas, está situada la llamada cala de los enamorados, donde hay quienes en muestra de amor eterno graban sus nombres sobre las rocas.
PUNTA RONCUDO
Su nombre se debe al zumbido del viento, toda vez que las cruces que aguardan sobre los acantilados, recuerdan aquellos cuerpos raptados por el temporal, mientras arrancaban los apreciados percebes sobre las rocas. Y es cabo Roncudo, se encuentra entre los más afamados donde obtener tan preciado manjar.
A pocos metros de los monolitos, se alza un viejo faro que recuerda al visitado en Laxe. Desde el año 1920, vigía un horizonte testigos de numerosas y funestas tragedias, las cuales en estos confines, se cuentan por varias decenas en los últimos siglos.
PUNTA NARIGA
Nuestra ruta finaliza junto al faro de Punta Nariga, situado en el municipio de Malpica de Bergatiños, coincidiendo con el extremo más septentrional del itinerario.
Sobre la arista de un abrupto acantilado de rocas, en 1996, se finalizó la construcción del faro más innovador de Galicia, así como de unos de los más modernos del mundo con funcionamiento a control remoto.
Visto en la lejanía, su innovador diseño, es semejante al de un barco adentrándose en las profundidades del mar portando la torre. En este mismo lugar, comienza la ruta de aproximadamente 200 kilómetros de longitud, que recorre el litoral hasta el cabo de Finisterre, popularmente conocida como o camiño dos faros.
3 - DÓNDE DORMIR EN LA COSTA DA MORTE
Aquéllos quienes pretendáis realizar en coche una ruta como la nuestra, tenéis varias opciones para programa el itinerario. La primera, es reservar diferentes alojamientos a lo largo de vuestro trayecto.
Según hemos dispuesto las etapas en él, considerando algunos factores como su estratégica ubicación, oferta hotelera y el entorno donde se sitúan, consideramos que los siguientes lugares son adecuados para dormir.
- Fisterra: situada próxima al fin de la primera etapa de nuestra ruta, la población de Fisterra cuenta con una de las playas más populares para el baño en la Costa da Morte. Un estratégico lugar donde poder descansar, donde además, encontraréis una amplia oferta de hoteles y campings. Aquí podéis consultar y reservar vuestro alojamiento en Fisterra.
- Muxía: estratégicamente situada en una zona intermedia, se trata de uno de los lugares más interesantes de nuestra ruta, ideal para impregnarse de la tradición marinera en la Costa da Morte. Aquí podéis consultar y reservar vuestro alojamiento en Muxía.
- Laxe: con una de las playas urbanas más conocidas y hermosas de Galicia, esta villa pesquera es ideal para comenzar a explorar la zona norte de la Costa da Morte. Aquí podéis consultar y reservar vuestro alojamiento en Laxe.
Una alternativa para quienes no pretendáis cargar continuamente con vuestro equipaje de un lado a otro, es reservar el mismo alojamiento para todos los días. En tal caso, aconsejamos hacerlo en un lugar intermedio.
Personalmente y como recomendación, me encanta el tramo de carretera que recorre la costa entre Muxía y Camariñas, donde por supuesto, podremos encontrar alojamientos situados en enclaves espectaculares a distintos precios.
Si buscáis algo ECONÓMICO tenemos una excelente recomendación. La Pensión Atlántico, con unos precios excepcionales, dispone de habitaciones dobles e incluso de apartamentos familiares. Está situado entre Muxía y Camariñas, próximo a la nuestra querida playa de Lago.
Con precios algo superiores, a un kilómetro del anterior, en primera línea de playa de Lago en un entorno paradisíaco está ubicado el Hotel Playa de Lago, con habitaciones individuales, dobles, triples y familiares. Frente a él, hay un restaurante con buena cocina gallega y unas espectaculares vistas durante el atardecer.
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