LA CIUDAD ROSA DEL RAJASTHÁN - QUÉ VER EN JAIPUR EN 1 DÍA
Pasaporte Nómada
El Rajastán es hogar de los Rajputas, una orgullosa casta de guerreros descendientes del Sol, la Luna y el fuego, quienes dominaron esta parte de la India durante más de mil años. Debido a la rápida expansión que tuvo lugar en su imperio, se vieron obligados a cimentar una nueva ciudad que surgió de la nada, Jaipur, nombrada capital del imperio.
A fecha de hoy con más de tres millones de habitantes, es la ciudad más poblada de la provincia y continúa conservando su estatuto como capital del Rajastán. Su moderna planificación urbanista con anchas avenidas proyectadas a escuadra y cartabón, hace eco de sus orígenes recientes, los cuales datan de principios del siglo XVIII.
Nosotros pasamos un día completo y dividimos nuestra visita en dos. Madrugamos para conocer el fuerte de Amber, ubicado 11 km al noreste, y después no dedicamos a patear la ciudad rosa y algunos de sus mercadillos.
Realmente hay muchísimos lugares que ver en jaipur, aunque he de mencionar, que de todas las ciudades que conocimos fue la que menos nos impresionó. A pesar de ello, es uno de los tres vértices del triángulo dorado junto a las ciudades de Agra y Delhi, considerada además puerta de acceso al Rajastán, por lo que estamos seguros de que tu también la visitarás.
Por todo ello, vamos resumir nuestro viaje a la ciudad, te vamos a decir cuales son los mejores lugares que puedes visitar en Jaipur y además, te vamos explicar los orígenes de su conocido apelativo por el que es conocida como la ciudad rosa del Rajastán. ¡Comenzamos!
1 - QUÉ VER EN JAIPUR
El meticuloso proyecto del Maharaha Jai Singh, sobre el cual se sostiene el centro histórico de Jaipur, con el paso del tiempo ha sido mancillado por la sobre población a la que se encuentra sometida, no solamente esta ciudad, sino la mayoría de las que se hallan en el país.
Más allá de las perpendiculares avenidas intramuros de la ciudad vieja, Jaipur es más de lo mismo. Intricados callejones que no conducen a ningún lugar, amontonadas edificaciones unas encima de las otras y basura por todas partes. Otra muestra palpable de la involución a la que se encuentra condenada la sociedad india.
Ello, lo descubrimos de camino al primer lugar que decidimos visitar, el fuerte de Amber, ubicado en la aldea que años atrás fue la capital del imperio de los Rajputas.
Amber, al constituir la capital del imperio antes de que ésta fuese trasladada a la actual Jaipur, también cuenta con inspiradoras murallas que circundan sus onduladas laderas.
Aquí también encontraremos antiguos santuarios hindús, algunos de ellos en estado de semiabandono. Ni de largo nos resultaron tan bonitos ni espectaculares, pero sus esculpidas cúpulas y los tallados de sus fachadas, nos recordaron a los inolvidables templos jainistas de Jaisalmer.
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EL FUERTE DE ÁMBER
El fuerte de Amber, alzado sobre la aldea y a orillas del lago Maota, es uno de los lugares imperdibles que ver en Jaipur. Es posible visitarlo desde las 8:00 hasta las 18:00 horas y la entrada nos costó 200 rupias (precios diciembre de 2018).
También lo puedes visitar en esta excursión guiada en castellano, o en un tour de 8 horas también en castellano combinado con la ciudad rosa. Solemos ser partidarios de recomendar este tipo de excursiones, para comprender con mayor exactitud las anécdotas e historias que encierran en su interior.
Es posible ascender hasta la cima de la colina donde se alza el fuerte en todoterreno, aunque hay muchos turistas quienes deciden hacerlo sobre un elefante.
Nosotros subimos con nuestro conductor, y accedimos a través de la puerta trasera hasta el patio de armas, el cual queda oculto dentro de sus murallas. Desde la explanada exterior, hay unas hermosas vistas hacia la aldea y las colinas de alrededor.
Paseos en elefante y los falsos encantadores de serpientes
Los paseos en elefante para subir hasta el fuerte de Amber son uno de los principales reclamos para los turistas. Antes de contratarlos, es conveniente reflexionar a cerca de ello y sobre el trato dispensado hacia el propio animal.
En primer lugar, nos deberíamos plantear la necesidad o no de realizar esta actividad. ¿Es realmente imprescindible subirse a lomos de un elefante para poder disfrutar de la belleza del fuerte? La respuesta resulta más que evidente, por su puesto que no lo es.
Además de ello, es necesario concienciarse de manera escrupulosa a cerca del sufrimiento que este tipo de actividades innecesarias genera en el elefante. Pudimos ver elefantes subiendo y bajando a través de la rampa de manera constante, horas y horas sin descansar. Este hecho, contrasta fuertemente con la vida salvaje en manda que por su naturaleza deberían llevar. Además, se trata de animales quienes necesitan caminar una media 30 kilómetros diarios, pero como podemos imaginar, no subiendo y bajando sobre una rampa de grava cargados hasta los topes.
Al contrario de lo que pueda parecer, su columna vertebral no está preparada para soportar cargas superiores a 150 kg, lo que supone una presión inmensa sobre su esqueleto, que infringe una serie de daños corporales y sufrimiento imposible de reparar. Concretamente esta actividad, se encuentra denunciada por algunas asociaciones internacionales en defensa de los animales.
Por ello, en aras de nuestro compromiso con la práctica de un turismo sostenible y responsable con los animales, y con el fin de erradicar este tipo de actividades, como canal con capacidad para influir sobre el comportamiento de nuestros lectores, aconsejamos leer estas recomendaciones a tener en cuenta antes de llevar a cabo cualquier tipo de actividad, sea lícita o no, que comporte el uso de cualquier animal.
Otra actividad a evitar cuando visitemos el fuerte de Ámber es interactuar con los encantadores de de serpientes, o dicho de un modo mucho más correcto, con los falsos encantadores de serpientes. Aunque posteriormente los encontramos en muchísimos lugares frecuentados por turistas, cerca del fuerte fue donde nos encontramos con los primeros.
Éstos, ataviados con indumentaria tradicional, destapan una cobra del interior de un canasto para pedir dinero por fotografiarse junto al animal. Son prácticas ilegales, pues en ocasiones se trata de serpientes en peligro de extinción que son transportadas de contrabando. Después, sus captores proceden a la extracción de sus glándulas venenosas, por lo que el animal queda en total indefensión. Puedes leer más a cerca de ello en la web de FAADA.
Sin dudar, podemos afirmar que éste fue uno de los fuertes que visitamos en el Rajastán que más nos gustó. El acceso a las diferentes estancias se hace a través del patio de armas, donde los soldados descargaban los botines de los saqueos. Así, las 14 mujeres del marajá quedaban impresionadas, al observar desde las retículas de sus habitaciones los tesoros robados.
Aunque no nos vamos a extender demasiado, además del palacio, es posible acceder a multitud de estancias reales en el interior del fuerte. Nosotros nos perdimos sin rumbo por sus estrechos pasadizos y jardines florales. Verlo por completo y con detenimiento en una mañana es prácticamente imposible, habría que invertir casi un día completo para recorrerlo sin dejarnos nada.
EL PALACIO FLOTANTE DE JAL MAHAL
Tras la visita al fuerte y de regreso a la ciudad, nos detuvimos brevemente junto a una amplia avenida forrada de puestos y comerciantes. ¿El motivo? para fotografiar la antigua residencia de verano de la familia real, el palacio conocido como Jal Mahal.
Merece la pena dedicarle unos minutos, y observar como el palacete parece flotar sobre las aguas del lago Man Sagar. Actualmente se encuentra en proceso de restauración y no se puede visitar, aunque está previsto que próximamente abra sus puertas a los turistas.
LA CIUDAD ROSA DE JAIPUR
La ciudad rosa, para nosotros color salmón, fue uno de los mayores «timos» que nos encontramos en India. Y ojo, con ello, no quiero decir que no nos gustase o que no merezca la pena su visita. Pero una vez te pongas a caminar, te darás cuenta que no es tan rosa como lo pintan, o al menos a nosotros no nos lo pareció. Tanto es así, que las fachadas ni siquiera son de color rosa, sino más bien naranja, color ladrillo de toda la vida.
La ciudad rosa se encuentra ubicada en el centro neurálgico de Jaipur, y como sabrás, recibe este apelativo por el color «rosado» de algunas de sus fachadas. El origen de esta tradición, se remonta al año 1876, época del Raj británico colonial, cuando el Príncipe Alberto de Gales y la Reina Isabel visitaron Jaipur. Ordenado así por el Maharajá Ram Singh, los súbditos pintaron las fachadas de los edificios más importantes en tono rosado, color que en India simboliza la hospitalidad.
Además de sus murallas alemandas, muy bonitas por cierto, no fueron tantos los edificios que encontramos teñidos en color naranja. Hay tres puertas principales para acceder a ella; Ajmer, Sanganeri, y Chandpol. En el interior de la ciudadela, hay otra muy bonita aunque algo deteriorada en tonos pastel, que recibe el nombre de puerta de Tripolia.
Paseando por las avenidas de la ciudad rosa, paramos para tomar frutas tropicales y beber agua de coco. Siempre que viajamos por Asia hacemos la misma recomendación. ¡Aprovechad para comprar fruta en las calles! Solamente nos debemos asegurar de que la pelen delante nuestra pero su intenso sabor es espectacular, como la que tomábamos de pequeñitos.
Entre tanto, también vimos algunos niños preparando arcilla para empastar las fachadas de color salmón. Los críos pequeños a trabajar duro, mientras los comerciantes, apoltronados y entre bostezos, se tiran al cuello de los turistas para vender porquerías. ¡Cosas de la India!
Además del Hawal Majal, traducido como el palacio de los vientos, hay otros dos lugares en la ciudad rosa que los turistas suelen ir a visitar.
- El Palacio Real. Se encuentra abierto desde las 9:30 hasta las 17:00, su entrada cuesta 400 rupias, más lo que quieran cobrarte por entrar con la cámara de fotos. Se encuentra ubicado junto a la puerta de Tripolia. Nos somos muy de visitar palacios, además, leímos que éste no merecía mucho la pena por lo que decidimos no entrar. Supuso la residencia real del Marajá desde la primera mitad del siglo XVIII, y pueden visitarse además sus jardines y patios interiores, algunas de las estancias reales. Para acceder a la residencia real hay que pagar un suplemento de 2500 rupias (precios de 2018).
- Jantar Mantar. Abierto desde las 9:00 a las 16:30, la entrada tiene un precio de 200 rupias. Se encuentra ubicado junto al palacio real, y es un ejemplo de la afición que Jai Singh tenía por la astronomía. A fecha de hoy, el observatorio sigue siendo utilizado para realizar algunas predicciones, como por ejemplo la llegada del monzón.
HAWA MAHAL EL PALACIO DE LOS VIENTOS
Las cinco plantas y 953 ventanas con aspecto de almena de la fachada del Hawa Majal, constituyen la imagen más representativa y símbolo de la ciudad, otro de los imperdibles que ver en Jaipur. Actualmente se encuentra algo deteriorada, debido a la falta de conservación y a los alto índices de contaminación.
El Hawa Majal, que en su día formó parte del palacio real, fue construido para acoger el harén del marajá, quien ordenó tallar estas pequeñas ventanas y sus celosías. El motivo, no era otro sino el de permitir que las mujeres que habitaban en el palacio pudieran observar el devenir de la vida en la ciudad. Tampoco llegamos a entrar, dicen que las estancias se encuentran vacías, aunque desde la parte de atrás hay vistas hacia los tejados del palacio real.
LOS BAZARES DE JAIPUR
La ciudad rosa no es ninguna excepción, y como no podía ser de otro modo, se encuentra repleta de bazares y mercadillos, uno dispuesto tras otro como sin fuesen fichas de dominó.
Al igual que nos pasó en otras muchas ciudades, pasear por los bazares de Jaipur fue una de las experiencias que más nos gustó. Aunque aquí, en la ciudad rosa, fue donde encontramos los comerciantes más «agresivos» a lo largo de nuestro viaje. Entiéndase con esta expresión, como los más insistentes y pesados.
Y es que podemos asegurar que en Jaipur, los comerciantes son muuuuy pero que muy cansinos. Aunque en su favor he de decir, que al pasar por segunda vez junto a la misma tienda no nos prestaban atención – Españoles no comprar solo mirar – era lo único que se les ocurría decir.
- Chandpole Bazar. Ubicado junto a la Puerta Nueva, se halla repleto de pequeñas tiendas de perfumes, telas, zapatos y como no, los coloridos y llamativos sarees.
- Johari Bazar, donde se encuentran las tiendas de joyas y piedras preciosas, ubicado doblando la esquina junto a Chandole Bazar.
- Tripolia Bazar, ubicado junto al Hawa Majal, fue el que durante más tiempo estuvimos. Compramos frutas y vimos multitud de puestos de legumbres y especias. También los clásicos tapices urdidos a mano (no todos lo son), sarees y pantalones bombacho. Yo compré uno que conseguí regatear por debajo de la mitad, aunque en dos días se descosieron y perdieron casi todo el color. Sin duda, aquél jovencito moreno y con mostacho de quinceañero nos tomó el pelo. A pesar de ello, los bazares en India siempre dejan buenos recuerdos y bonitas fotografías para rememorar.
¿Estás buscando nuevas ideas para viajar a la India? Estos posts que hemos publicado te ayudarán a ello
2 - DÓNDE DORMIR EN JAIPUR
¿Estás buscando alojamiento en Jaipuir? Nosotros nos alojamos en Pearl Palace Hotel, de todos los hoteles donde nos hospedamos en India fue el que más nos gustó. Bueno, bonito y barato como se suele decir.
Habitaciones muy limpias (algo no sencillo de encontrar en India) y con un restaurante excepcional. Por la noche, es posible cenar en la azotea con música tradicional en directo.
El alojamiento dispone de habitaciones dobles y triples con baño privado, y se encuentra ubicado en un lujoso pero tranquilo barrio residencial ubicado a 4 kilómetros de la ciudad rosa. Nada que un puñado de rupias y un paseo en autorickshaw pueda solucionar.
El aeropuerto de Jaipur se encuentra ubicado 12 km al sur. Hay vuelos frecuentes desde las principales ciudades de India como Delhi, Calcuta o Bombay. Para desplazarse desde el aeropuerto al centro de la ciudad hay una línea de autobús regular. También es posible en autorickshaw (250 rupias aproximadamente) y algo más caro en taxi. En este último caso, para evitar estafas, recomendamos reserva el trayecto en el puesto de reservas prepago que hay en la terminal.
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